• Especialistas aseguran que la fusión no ahorrará recursos ni hará eficiente el trabajo
CIUDAD DE MÉXICO.-Ante la posible integración o fusión
del Instituto
Nacional del Derecho de Autor (Indautor) con el Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial (IMPI), editores y expertos en derechos de
autor como Carlos Anaya Rosique, José Luis Caballero Leal y Diego Echeverría
coincidieron en que dicha propuesta, emitida por el gobierno federal, no es una
solución que permita ahorrar recursos ni eficientar su esquema de trabajo.
Así lo expresaron ayer durante la videocharla La fusión IMPI-Indautor,
un cambio de paradigma, organizado por la Cámara Nacional de la
Industria Editorial Mexicana (Caniem).
No sólo se trataría de la integración del Indautor al
IMPI, que es un despropósito, sino la integración de ambas instancias a la
Secretaría de Economía, como si se tratara de una dirección más, con lo cual
desecharía la independencia de dos órganos que se encargan de temas distintos,
aunque guarden puntos de conexión”, expresó Caballero.
Por su parte, Anaya Rosique señaló que es el momento
de buscar el mejor organismo para llevar los derechos de autor y de propiedad
industrial e intelectual.
Tendríamos que empezar por separar. Hoy, frente a la
posible integración, es momento en que se puede pensar en el instituto que
necesitamos y quitarle lo que no tiene que ver con el derecho de autor en sí”.
Y aclaró que derechos de autor e ISBN son temas
distintos. “El ISBN nació como la construcción de un índice de obras, el cual
hace años que no se publica. Se ha vuelto un número para comercializar un
producto, con lo cual no debería estar en el IMPI ni en Indautor, sino en
Caniem”.
Los archivos tienen funciones distintas. El del IMPI
se consulta para revisar si alguna marca está disponible o si su logotipo es
parecido a otra marca, o alguien solicita el registro de una patente y se
consulta. Mientras que el Indautor es un registro que se utiliza en caso de una
controversia, pero un autor no consulta si su novela se parece a la del vecino
o si se llama igual, por lo que los archivos deben manejarse diferente”.
Anaya Rosique advirtió que “los derechos de autor no
son una mercancía, aunque el resultado de éstos –que puede ser un libro, una
pieza musical u obra de teatro– puede tener un doble valor, cultural y
comercial, pero no es una mercancía”.
Y puntualizó que las carencias y problemas que registra el
Indautor no son del actual gobierno, sino una deuda histórica, a causa del
desprecio por los derechos de autor.