San José del Cabo, Baja California Sur. Diariamente recorren las calles sin rumbo fijo, cualquier sitio les resulta adecuado para tomar un descanso o pasar la noche, pues resulta común ser casi invisibles a la mirada de los demás. En estos tiempos difíciles de pandemia y bajas temperaturas, para las personas sin hogar la indiferencia de los gobiernos y de la misma sociedad agrava más su situación que contagiarse de Covid o que el frío cale hasta los huesos. 

En ese contexto, es que estas personas son quienes pagan el precio respecto a la falta de programas institucionales para generar un impacto sobre condiciones de vida, o bien, se contribuya a amortiguar las vulnerables condiciones que día a día enfrentan en su tempranero peregrinar. 

Por su aspecto desaliñado, personas en situación de calle constantemente enfrentan el desprecio de quienes se niegan a desprenderse de un poco de alimento o apoyo que se manifieste de otra forma. 

Tanto jóvenes y adultos, con nombre y un pasado, enfrentan una de las peores condiciones de vida que les ha orillado a tener el cielo como techo y dádivas como cobijo por diversas circunstancias de la vida y ante indiferencia de los demás.  

Ellos también forman parte de los escenarios que ofrece el destino turístico pero que nadie quiere ver, representan una realidad que año con año se ha multiplicado sin que existan proyectos vitales y que hagan ver al municipio como es, y no desde el único ángulo que es observado. 

A la fecha, en el municipio de Los Cabos no existe un padrón de personas en situación de calle o indigentes que deambulan por las calles del destino, no se sabe cuántos son, si tienen familia o son buscados por algún ser querido, pero, la realidad es que con el paso del tiempo este fenómeno se ha vuelto más común.