• Continúa el riesgo latente para la vaquita marina de morir ahogada en una red ilegal, utilizada ya sea para la captura de camarón o de pez Totoaba, que también es una especie en peligro de extinción
CIUDAD DE MÉXICO.-Ningún pescador del Alto Golfo de California entregó
sus redes
tradicionales que quedaron prohibidas en el hábitat de la
vaquita marina, aun cuando el plazo legal que tenían para
hacerlo venció el pasado 23 de noviembre.
En respuesta a una solicitud de información pública,
la Comisión
Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), dio a conocer
que no cuenta con ningún registro sobre el particular, después de realizar una
búsqueda exhaustiva en la Dirección General de inspección y Vigilancia;
Dirección General de Ordenamiento Pesquero y Acuícola, así como en la Dirección
General de Planeación, Programación y Evaluación.
“El Comité de Transparencia confirma la inexistencia
de la información correspondiente a lo solicitado, de conformidad con el
artículo 65 fracción II, 141, fracciones I y II y 143 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública”, señaló.
El decreto publicado el 24 de septiembre de 2020 en
el Diario
Oficial de la Federación (DOF), ordenaba que en máximo 60
días naturales, los titulares de concesiones y permisos de pesca con
embarcaciones menores, así como capitanes, patrones de pesca, conductores u
operadores, pescadores y miembros de la tripulación entregarán en la oficina
más cercana de Conapesca todas las redes agalleras o de enmalle que tuvieran en
su poder.
En entrevista con Excélsior, Alejandro Olivera, representante en
México del Centro para la Diversidad Biológica,
criticó que todas las regulaciones que emite el gobierno federal para la región
sigan siendo letra muerta, mientras continúa el riesgo latente para la vaquita marina de morir ahogada
en una red ilegal, utilizada ya sea para la captura de camarón o de pez
Totoaba, que también es una especie en peligro de extinción.
Advirtió
que con una población que se calcula de entre cuatro y 17 ejemplares, el
mamífero marino en mayor peligro del mundo, no puede seguir esperando a que
haya voluntad política para resolver la crisis en el Alto Golfo de California.
Lamentó
que ni los embargos pesqueros de Estados Unidos ni
los amagos de sanciones comerciales de la comunidad internacional, preocupen a
la titular de la Semarnat, María Luisa Albores, que
de última hora pospuso la reunión donde se definirían las medidas concretas
para impulsar la seguridad y el desarrollo económico de las comunidades pesqueras de Baja California y Sonora.
Recordó
que el argumento de la agrónoma fue que hay semáforo rojo por Covid-19, pero
sigue llevando jóvenes a las Islas Marías y
no para de compartir en redes sociales fotografías de sus visitas a áreas naturales protegidas.
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SIMULACIÓN
Entre
el 25 de septiembre y el 16 de noviembre de 2020, la Conapesca reportó el
arribo de 207.5 toneladas de camarón en sus oficinas del Alto Golfo de California.
Según
los registros oficiales, las capturas se realizaron en 52 días con suriperas y
los llamados “changos ecológicos”, que son dos redes alternativas, que
pretenden reemplazar a las redes prohibidas de enmalle y agalleras.
Por
lo menos eso es lo que dicen los permisos de pesca y fomento vigentes que
presentaron las cooperativas, aunque en realidad todos en la región saben que
las capturas se realizaron con artes de pesca ilegales, primero porque nadie
las ha entregado a la autoridad y segundo, porque una red alternativa no
permite capturar esos volúmenes.
Por
ejemplo, una asociación de pescadores del Golfo de Santa Clara con dos
permisos para “chango ecológico” registró 19 toneladas de camarón en ocho
arribos, que equivalen a 29 toneladas de camarón entero entre el 30
de octubre y el 18 de noviembre, de acuerdo a la Plataforma Pescando Datos.
“Si
tomamos en cuenta que cada arribo ampara cuando mucho tres días, entonces la
pesca se realizó en máximo 24 días, es decir, que lograron capturar 1.2 toneladas
diarias con dos redes alternativas, explicó Juan Manuel García Caudillo,
director de Pesca Responsable y Comercio Justo.
“Más
de una tonelada con dos changos, ¡Ya los quisiera un barco que lleva dos redes
de 120 pies! (36.57 metros)”, manifestó.
De
acuerdo con los propios pescadores del Alto Golfo de
California, las redes alternativas no dan
más de 50 kilos al día, lo que representa una desventaja de hasta 40
por ciento con las redes tradicionales.
El Comité de Expertos en Tecnologías de Pesca (ECOFT), que
estuvo en la región en 2017 realizando pruebas experimentales concluyó que la
suripera y el chango ecológico no son confiables ni favorables, por lo que es
necesario hacerles muchas modificaciones para poderlas llevar a una escala
general.
Lo que
sucede en el Alto Golfo de California perjudica a los pescadores porque
inconscientemente están validando las redes alternativas impuestas por el
Gobierno de México, demostrando su supuesta efectividad,
mientras que la Conapesca se hace de la vista gorda, simulando que las capturas
se realizan de manera legal.
Además,
una pregunta que surge es ¿A dónde fueron a parar las cientos de toneladas del
emblemático camarón azul del Golfo de California?, ya que desde agosto de 2018 existe un embargo del principal mercado que
es Estados Unidos y en los centros de consumo y distribución a
nivel nacional no es común ver el producto.
Las
207.5 toneladas registradas hasta mediados de noviembre equivalen a 340
toneladas de camarón entero con un valor aproximado de 3.5 millones de dólares
en el mercado internacional. ¿Dónde se están procesando?, ¿Dónde se están
almacenando?.