Valeria Arellano trabaja en el área Covid del IMSS, donde a pesar de lo duro de cada día siempre muestra una sonrisa
La Paz, Baja California Sur. Valeria Arellano labora como doctora en el Instituto Mexicano del Seguro Social en La Paz (BCS) y dice haber vivido un manjar de emociones. Al principio, comenta que sentía pánico, miedo, incertidumbre por no saber qué iba a pasar, angustia por desconocer si llevaba el virus a su hogar o si afectaría a su familia. Al inicio de la pandemia pasó por una crisis de trastorno obsesivo compulsivo, limpiando todo lo que podía con cloro, al grado de ocasionarle una rinitis.
¿Cómo has vivido la pandemia en tu trabajo?
“Yo soy diabética, a pesar de eso soy bien entrona, y decidí seguir trabajando. Mis compañeros que tenían comorbilidades dejaron de trabajar, pero yo quería ver cómo iba evolucionando esto y aprendiendo de ello […] Cuando se abrió el área respiratoria, sentíamos mucha angustia de que nos fuera a tocar entrar, pero se hizo un rol donde a todos nos tocaba”.
“La primera vez que entré me vestí meticulosamente, me puse el traje que parece de astronauta y, antes de entrar, dije: en tus manos estoy. Sentía una adrenalina como si fuera en una montaña rusa, pero ya que estuve dentro todo cambió, sentía tristeza, impotencia al ver a las personas intubadas, sin poder hablar por la falta de aire y solos por completo”, expresó con la voz temblando. “Hace una semana tuve que dejar de trabajar por mi embarazo y me duele mucho haber dejado solos a mis compañeros, porque sé que necesitamos el apoyo ahí adentro”, comentó.
“Me gustaba mucho platicar con los pacientes, hacerlos sonreír, tratar de hacer que su hospitalización fuera amena, incluso íbamos cama por cama poniéndoles la canción que nos pidieran, para animarlos un poco”, añadió Valeria Arellano.
“Espero que las personas hagan conciencia de lo que es estar para nosotros como personal, como para ellos como pacientes en esta situación, que se cuiden y sigan las medidas, solo así podremos acabar con esto”, finalizó.