• Quintana, de 49 años, fue anunciada como ganadora del Alfaguara, un premio dotado con 175 mil dólares, una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea de su novela en todo el territorio de habla hispana
NUEVA YORK.-APilar Quintana le tomó cuatro años y varios
borradores escribir “Los abismos”, el libro ganador del Premio Alfaguara de
Novela 2021. Sus inquietudes respecto a la maternidad, y el terror “irracional”
a la orfandad que sentía de pequeña, le sirvieron de inspiración para esta
historia sobre una niña que contempla con agudeza y sensibilidad el conflictivo
matrimonio de sus padres.
“La maternidad sirve mucho para reconectarnos con el niño que
fuimos y poder entenderlo y poder revivir esa etapa de la vida que de adultos
se nos va olvidando”, dice la escritora colombiana, madre de un niño de 5 años.
La semana pasada Quintana, de 49 años, fue anunciada como ganadora
del Alfaguara, un premio dotado con 175 mil dólares, una escultura de Martín
Chirino y la publicación simultánea de su novela en todo el territorio de habla
hispana.
Bajo el seudónimo de “Claudia de Colombia”, compitió con otros
2.428 manuscritos, una cifra récord según los organizadores. Claudia también es
el nombre de su personaje principal.
El jurado, presidido por el escritor Héctor Abad Faciolince,
destacó su obra como una “historia poderosa narrada desde una aparente
ingenuidad que contrasta con la atmósfera desdichada que rodea a la
protagonista”.
En una entrevista reciente con The Associated Press desde su
ciudad natal de Cali, la autora de otras cuatro novelas y una colección de
cuentos conversó sobre lo que fue enterarse de tan gran reconocimiento, su
proceso creativo y su éxito en tiempos tan complicados por la pandemia. Las
respuestas fueron editadas para mayor brevedad y claridad.
AP: Cuando recibiste el
premio dijiste que estabas “un poco sin palabras”. ¿Has tenido chance de
asimilarlo?
Quintana: Ya no me estoy
preguntando sino haciendo como la afirmación: “Esto está pasando de verdad”.
Creo que apenas se está asentando la noticia dentro de mí.
AP: También dijiste que
era el sueño de una vida que te daba la posibilidad de tener más lectores y
también más tiempo para la escritura. ¿No eres una escritora de tiempo
completo?
Quintana: Lo soy, pero
difícilmente conocés un escritor que viva de sus libros. Siempre tenemos que
estar dando talleres de escritura creativa, alguna clase, escribiendo artículos
para revistas, cualquier cosa que nos permita trabajar y nos deje tiempo para
la escritura. Este premio tiene un reconocimiento económico que le permite a un
escritor decir: “Bueno, paro”. Es como si me estuvieran pagando por escribir,
sin la preocupación económica de tener que producir para llenar la nevera. Los
escritores difícilmente llegamos a vivir de nuestros libros.
AP: “Los abismos” es la
historia de una niña cuyos padres viven en conflicto. ¿En qué te inspiraste
para esta historia?
Quintana: Esta novela
surgió de ciertas inquietudes mías con respecto de la maternidad. Creo que una
vez que fui madre pude entender cosas de mi mamá que no entendía, y creo que
esta novela es eso. Yo recuerdo no sé, de adolescente, cuando estaba rebelde
peleando con mi mamá, que ella me decía: “¡Es que no entiendes porque no has
tenido hijos! ¡Cuando tengas hijos me entenderás!” Y sí. Ahí eso entra en parte
y también la novela surge de conectarme con un miedo infantil, y es que los
niños tenemos miedo de que nuestros padres se mueran. Es como un miedo
irracional. Es como un terror a la orfandad. Entonces está eso unido con esas
experiencias propias mías pero reinventadas en una ficción.
AP: ¿Cómo encontraste la
voz de Claudia?
Quintana: Bueno, creo que
ese fue uno de los retos de la novela. Yo sentía que no podía narrarla la misma
niña porque los niños son muy inteligentes y perciben todo lo que está pasando
alrededor con gran agudeza, pero creo que no tienen el lenguaje lo
suficientemente establecido y desarrollado como para poder procesarlo con
palabras. Lo que hice más bien fue usar una narradora adulta, pero que es capaz
de bajarse y ponerse a la altura de la niña para mostrar el mundo a través de
los ojos de la niña, con las palabras de la niña.
AP: ¿Y te inspiraste en tu
propia infancia?
Quintana: Yo creo que sí.
Algo que es muy chévere de la maternidad... es revivir tu propia infancia. Cómo
cuando está creciendo el niño y nos hace ciertas preguntas o dice ciertas cosas
o tiene ciertos miedos, nos recordamos que nosotros mismos también hicimos esas
preguntas, hicimos esas afirmaciones, entendimos el mundo de esa manera.
AP: ¿Cómo fue el proceso
creativo para “Los abismos”? ¿Fue una de esas novelas que se escriben solas, o
conllevó mucho tiempo y trabajo?
Quintana: Esta novela me
demoré cuatro años encontrándola. Había hecho varios borradores y creo que ya
en enero de 2020 tenía un borrador que dije “éste es”. Había encontrado las
bases; el edificio estaba con unas bases buenas y no se iba a caer, pero era
como un edificio en obra negra al que todavía tenía que darle los acabados,
pintarlo, decorarlo. En enero me dediqué a trabajar esa parte, y en marzo llegó
la pandemia. Entonces fue todo un reto trabajar con mi hijo en la casa todo el
tiempo porque mi espacio de trabajo era cuando él estaba en el colegio. Me demoré
un poco más de lo que tenía presupuestado, pero alcancé a terminar ese último
borrador que yo sentía ya como definitivo.
AP: ¿Cómo decidiste
presentarlo al Premio Alfaguara? ¿Era la primera vez que competías?
Quintana: Sí. Yo creo que
alguna vez muy joven no sé si lo envié o tuve la idea de enviar algún
manuscrito de los que terminaba, pero esta vez yo dije “bueno, vamos a
hacerlo”. Hablé con mi agente, me dijo que sí y decidimos enviarlo. Pero igual
este es un premio muy grande al que llegan muchísimas novelas, al que se
presentan grandes autores. Yo lo veía casi como cuando uno va a comprar la
lotería y dice “bueno, no creo que me la vaya a ganar, pero la compro”.
AP: ¿Y cómo fue recibir
esa noticia? ¿Cómo te enteraste?
Quintana: Yo estaba
profunda porque me llamaron faltando un cuarto para las cinco de la mañana. No
tenía en la cabeza lo del premio. Mi esposo entró con el teléfono al cuarto y
yo dije: “Se murió alguien”. Pero me pasó el teléfono diciéndome que era Pilar
Reyes de Alfaguara con una buena noticia y ahí yo dije: “¡Ahhh! ¡No puede ser,
no puede ser!”. Pensé “esto no puede estar pasando”, y estaba pasando.
AP: Este premio te llega
en medio de una pandemia y mientras tu novela previa, “La perra” (Premio de
Narrativa Colombiana 2018 y finalista del National Book Award 2020), es
traducida en 14 países. ¿Qué significan estos logros para ti en un año por lo
demás tan complicado?
Quintana: Ha sido un año
muy complicado para todo el mundo; muchas personas están pasando unas
situaciones súper difíciles. Para todos ha sido difícil, incluida yo. Pero
tengo que decir que me siento muy privilegiada porque estando dentro de la
pandemia he tenido la tranquilidad de que mi trabajo está dando frutos, y eso
es una tranquilidad muy grande.