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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

Centro Cultural Los Talleres, una creación íntima y personal

• Este espacio, ubicado en Coyoacán, festeja 40 años de su fundación y tres décadas de su temporada de danza más representativa

Centro Cultural Los Talleres, una creación íntima y personal

CIUDAD DE MÉXICO.-La interdisciplina, la experimentación, la creación de obras con nuevas tendencias, la formación y consolidación de artistas y compañías, la calidad en la interpretación y el tomar riesgos han marcado los 40 años del Centro Cultural Los Talleres.

Una de las fortalezas ha sido que todo nuestro trabajo está pensado para una comunidad, somos una comunidad de artistas”, afirma en entrevista con Excélsior la coreógrafa y bailarina Isabel Beteta, directora del espacio.

Ubicado en el corazón de Coyoacán (Francisco Sosa 29), donde abrió sus puertas en marzo de 1981, este laboratorio, escuela y foro festeja sus cuatro décadas de actividades ininterrumpidas y los 30 años de su temporada de danza más representativa, Soliloquios y Diálogos bailados.

Ha sido un gran placer que los artistas nos hayan buscado para hacer llegar su trabajo al espectador, escuchar su agradecimiento y sentir su confianza.

 

Durante estos 40 años, hemos visto las inquietudes creativas de cada momento, cómo crecen los grupos, cómo entran nuevas técnicas de danza, cómo la edad para bailar se ha alargado y cómo la extremada delgadez ha dado paso a cuerpos más normales o atléticos”, comenta Beteta.

La creadora recuerda que, en los primeros años, Los Talleres estuvieron más enfocados a las artes plásticas y visuales, y al proceso creativo. “Siento una especial satisfacción cuando pienso en los artistas que comenzaron aquí y ahora ya son reconocidos, como los hermanos Castro Leñero, Irma Palacios, Gabriel Macotela, Gerardo Suter, Felipe Ehrenberg, quien fue el padrino del proyecto, y Patricia Mendoza, quien fue mi enlace con este mundo”.

Explica que el centro cultural se volvió multidisciplinario y se fue especializando en danza contemporánea, sin olvidar la música, el cine y el teatro. Y evoca a los grupos que se consolidaron en este foro: Delfos, Contempodanza, M de Mar, Caída Libre, Viraje y Nemian Danza Escénica, que ella dirige desde hace más de dos décadas.

Este año, Nemian lanzará una nueva rama de gente joven que se llamará los Corpógrafos, que tienen un perfil más performático; el nombre alude a los que pintamos con el cuerpo en el espacio”.

La coreógrafa detalla que la temporada Soliloquios y Diálogos Bailados que se realizará del 19 de febrero al 28 de marzo con seis programas compartidos, “fue pensada para el lugar, para alcanzar una intimidad; representa lo que más me gusta de la danza, una cosa más personal, más cercana.

Fuimos los primeros en implementar el concepto de unipersonal en danza, a diferencia de un solo pequeño como se estila en el ballet clásico. Aquí importa más la fuerza proyectiva del intérprete y la calidad coreográfica”, destaca.

Esta temporada, Beteta dará vida a Hoy, una obra de estreno creada para sí misma, en la que a partir de un movimiento “sin grandes acrobacias” realiza un recorrido por las emociones por las que se atraviesa en un día. “Desde la sencillez, la expresividad genuina y la cercanía de lo íntimo, este unipersonal es un mirar al interior de la casa y del alma sencilla de una persona”, dice.

En los primeros dos programas de la edición 30 de Soliloquios se presentarán obras como Muxe, de Rosario Armenta, interpretada por Alejandra Bogue; Después del silencio, de Ulises González, ejecutada por Tonio Torres, de Intimidades Danza Contemporánea Independiente; y Sólo un capítulo más, de Erick Miranda, director de Inquietos Colectivo.

Y en los últimos cuatro programas se dará vida a piezas de Olivia Luna, María O’Reilly, José Luis Zamudio, Katsura Kan, Malú Macareno, Maribel Michel, Tlathui Maza, Lola Lince, Mauricio Ascencio y Beteta.

Al finalizar la función del 28 de marzo, señala la entrevistada, Los Talleres entregará por segunda ocasión la presea Amanalli (“ofrenda de agua”, en náhuatl) a la coreógrafa y bailarina Lola Lince, “en reconocimiento a su sobresaliente trayectoria”.