· Un buen número de ballenas grises se están muriendo de hambre en el océano.
La Paz, Baja California Sur. Una investigación publicada por la universidad de Aarhus, que dice haber realizado en colaboración con la Autónoma de Baja California Sur (UABCS), reporta que debido a problemas en su dieta, anualmente muchas ballenas grises no llegan de vuelta a las costas sudcalifornianas.
Desde el inicio de su migración al sur, varios especímenes de ballena gris [Eschrichtius robustus], a las costas del estado, terminan flotando a lo largo de la costa americana del Pacífico de Canadá, Estados Unidos y Baja California.
La agencia norteamericana para los océanos y la atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) ha declarado esta mortandad de ballena gris un “evento de mortalidad inusual” (UMA por sus siglas en inglés), y expresa esta semana que ha iniciado investigaciones para conocer los problemas que están afectando a la población mundial del organismo en peligro de extinción.
La especie amenazada por la pesca furtiva, sobre todo por los países del oriente, ahora se ve afectada por un agente desconocido que provoca que cientos de cadáveres del mamífero más grande del mundo sean empujados por la corriente a las costas americanas.
De acuerdo con la autoridad norteamericana, en los últimos 24 meses se han encontrado un total de 386 restos de ballenas en el Pacífico, 169 de las cuales fueron reportadas por las autoridades mexicanas.
Aunque todavía se necesita más investigación para llegar a conclusiones, se informa que los estudios preliminares realizados por examinaciones en los especímenes disponibles las muestran demacradas, en un estado grave de desnutrición.
La información emana de un artículo publicado por el doctor Jorge Urban, de la UABCS, junto a investigadores de la universidad de Aarhus, en Dinamarca, que investigan la mala condición corporal de las ballenas grises asociadas con el evento de mortalidad inusual. La información añade que un UME similar tuvo lugar en 1990-2000, cuando 651 ballenas grises fueron reportadas muertas a lo largo de la costa americana. En aquel evento la población disminuyó, de acuerdo con estimaciones, en un 25 por ciento. Aún no se puede estimar cuáles serán los efectos del UME actual.