• Malva Flores revisa en 'Estrella de dos puntas' la polémica relación entre los dos escritores fundamentales; planea escribir un ensayo sobre la revista Plural
CIUDAD DE MÉXICO.
La pasión literaria y la crítica a las ideas caracterizaron la
amistad y el desencuentro entre el poeta Octavio Paz (1914-1998), único Nobel
de Literatura mexicano, y el novelista y ensayista Carlos Fuentes (1928-2012).
La pasión y la crítica
los unió, pero también los separó”, afirma Malva Flores, quien analiza en Estrella
de dos puntas (Ariel) las coincidencias y las discrepancias
entre dos escritores fundamentales del siglo XX mexicano, a partir de la correspondencia
que sostuvieron durante décadas.
Tras revisar durante
diez años unos diez mil documentos, entre cartas, telegramas, expedientes
oficiales e informes de trabajo, albergados en distintas universidades, la
poeta y ensayista entrega un volumen de 656 páginas que echa luz a la
trayectoria de Paz y Fuentes, a su relación con México y el poder político, sus
ideas y la influencia que su amistad tuvo en sus contemporáneos nacionales y
extranjeros.
Flores detalla que uno
de los proyectos más ricos que idearon, según lo mencionan en algunas de sus
cartas desde 1966, fue la creación de una revista literaria; y parte de estas
ideas se retomaron más tarde en Plural, dirigida por Paz en Excélsior de
octubre de 1971 a julio de 1976.
Los 58 números de esta
revista, subtitulada primero de “Crítica y Literatura”, y luego de “Crítica,
Arte y Literatura”, que este 2021 conmemora su 50 aniversario, motivarán el
próximo ensayo de Flores. “Me gustaría escribir algo sobre esto. Me quedé con
muchas cosas importantes para la literatura mexicana”, indica en entrevista.
La autora, que para
este título recopiló información que abarca 50 años, explica que quería hacer
un libro documental, es decir, “que pudiera probarse lo que estaba diciendo”,
por eso le tomó tanto tiempo.
Admite que no es la
primera en abordar la polémica amistad entre Paz y Fuentes, pero sí la que la
ha analizado de manera más completa. “Los dos eran muy apasionados. Los unió la
crítica al nacionalismo, por ejemplo, pero los separó la crítica a las
ideologías. 1968 fue una especie de luna de miel para su amistad. Su
correspondencia es de un día sí y otro también, desde donde estuvieran.
Fuentes se convierte en
el amigo extraordinario de Paz, le consigue trabajo, le cuenta lo que ocurre en
México. Ambos ven el proceso del 68 nacional desde fuera y están angustiados
por el futuro del país. De 1966 a 1970 es el momento de su mayor amistad”,
narra.
Y fue precisamente en
este periodo, rico en intercambio de ideas, cuando los autores de El
laberinto de la soledad y La región más transparente imaginaron
la revista ideal que querían dirigir; ideas que cobraron vida en Plural,
“aunque no terminó de ser lo que planearon al cien por ciento”.
UNA REVISTA PARA MIRAR
Según lo constató Excélsior,
al consultar el 15 de mayo de 2014, el primer día que se abrió en la Universidad
de Princeton la correspondencia entre ambos escritores, cerrada a petición de
Fuentes hasta dos años después de su muerte, fue el 28 de enero de 1966, desde
Roma, cuando Fuentes le propuso a Paz, tras pensar en los cambios y la
revolución, “una curiosa ilusión”: unirse para hacer “una verdadera revista no
localista”. Precisó que Paz podría dirigirla y él fungiría como secretario de
redacción, destacando que tenían los contactos de sobra para financiarla.
Fuentes retomó el tema
el 1 de octubre de ese mismo año, ahora desde París. Le narró al poeta que ya
había hablado con Tomás Segovia sobre la revista necesaria “para mirar en vez
de ser mirados”. Y le detalló los porqués de una publicación que “rompa el
aislamiento”, que es “el virus maligno” de la crítica en México.
El 7 de noviembre de
1966, Paz admitió lo “indispensable y urgente” de una revista. “Tú has dado la
fórmula, no para ser mirados, sino para mirar”, una revista “hispánica pero
abierta al mundo”, de “creación crítica y crítica creadora”.
Fue Fuentes quien
realizó el contacto con los periodistas Julio Scherer García y Manuel Becerra
Acosta, que dirigían El Periódico de la Vida Nacional. El 23 de agosto de 1969,
Carlos le contó a Octavio que comió con los directivos. “Están haciendo un periódico
digno… Nos invitan a los dos a colaborar, son de gran valor”. Este primer
acercamiento permitió el nacimiento de Plural dos años después.
Tras compartir ideas,
proyectos y amigos, la amistad de Paz y Fuentes se fue diluyendo, concluye
Malva Flores, debido a su diferente forma de ver, por ejemplo, acontecimientos
como la Revolución sandinista y, posteriormente, el levantamiento zapatista en
Chiapas.
Su amistad y sus
divergencias hicieron posible la construcción de una idea de cultura mexicana
que veía hacia el exterior y eso es esencial”, indica.