Muy buenos días estimable lector gracias, mucha gracias por continuar prefiriendo este su Diario El Independiente.

Inicio esta columna comentando a Usted: Resulta obvio señalar que México sigue siendo un País de desigualdades, en donde el proyecto económico del País ha generado que se amplíe la brecha de desigualdades y que aumente la población en extrema marginación. El desarrollo que todos los partidos políticos deben buscar, debe ser un desarrollo con rostro humano, incluyente, justo, equitativo. Habitualmente los programas sociales están destinados precisamente para el apoyo de los grupos más desprotegidos y vulnerables. Sin embargo, el hecho de que a la fecha sea el nivel Federal, a través de Bienestar Social o de otras dependencias, el que espere directamente el recurso económico y los programas, dificulta que haga con puntualidad y dirigido realmente a los más necesitados.

La reflexión es muy clara, solamente los actores locales municipales, conocen de cerca colonia por colonia, calle por calle, a los grupos desprotegidos; conocen la geografía y la necesidad real y pueden identificar el oportunismo de grupos políticos o de algunos organizaciones no gubernamentales. Por ello resulta importante para el desarrollo del País, que los programas sociales sean generados con directrices básicas para el gobierno de la República, pero que sean trasladados al gobierno más cercano a la sociedad, que es el Municipal.

El desarrollo de proyectos productivos de los programas emergentes de empleo, de limpieza de calles; los paquetes de recursos materiales para la vivienda o la vivienda misma, solo por señalar algunos, deben ser programas operados directamente por los municipios, incluyendo la parte económica. No existe otro nivel de gobierno con la capacidad directa para dar seguimiento a cada una de las acciones de estos programas, no existe entidad Federal o Estatal que pueda recorrer y verificar en todos los rincones de municipio, que el recurso es bien aplicado y que esto cumple con el objetivo de cambiar el rumbo a alguna familia marginada del País. La resistencia es obvia, el temor a pulverizar los recursos a un municipio que a la vista de muchos funcionarios federales, provoca desconfianza y temor por el posible mal uso de los mismos; pero la realidad de México ya es otra, y así se ha demostrado en otros países. El fortalecimiento de los gobiernos locales es el camino correcto para lograr el desarrollo de un País y no al revés.

Hay gobiernos con un aparato burocrático eficiente, y con voluntad política de compartir y convenir estrategias de trabajo con gobiernos locales municipales; y hay gobiernos estatales que por su geografía, ausencia de voluntad política e ineficiencia administrativa buscan concentrar programas y recursos en el plano Estatal, y solo en contadas ocasiones el aterrizaje de los programas, sobre todo los sociales, se realiza con equidad y eficiencia.

Concluyo: en la actualidad el municipio de México, ha dado pasos fundamentales que lo muestran más sólido para enfrentar la demanda social en este nivel de gobierno. Por otro lado, los fondos de aportación, propician que reciba con oportunidad y sin discrecionalidad recursos económicos en los fondos de fortalecimiento municipal e infraestructura social municipal.