• El trabajo se ha convertido en el factor central de realización de las personas y en un instrumento privilegiado de redistribución del ingreso
Muy buenos
días estimable lector gracias, mucha gracias por continuar prefiriendo este su Diario
El Independiente.
Inicio esta
columna comentando a Usted; El sector popular es inmensamente grande y
complejo, interactúan en el los más diversos grupos y expresiones sociales
políticas. Por esto; en el marco de una economía inserta en el mercado mundial,
que se caracteriza por procesos intensivos en el uso de nuevas tecnologías y el
rendimiento decreciente en la utilización de la mano de obra, resulta necesario
que la mayoría de los partidos políticos asignen mayor importancia al objetivo
de abanderar la causa del empleo y demandar la formulación de una política
activa destinada a fomentar la generación de espacios laborales. A la par de
asumir en sus principios el propósito de impulsar políticas que desarrollan las
capacidades de los trabajadores, resulta impostergable reafirmar su oposición
al cierre de fuentes de trabajo productivo.
El trabajo se
ha convertido en el factor central de realización de las personas y en un
instrumento privilegiado de redistribución del ingreso. Actualmente los
partidos políticos deben asumir como uno de sus valores centrales la demanda
para generar cada año un mayor número de plazas. Nadie puede desconocer que el
trabajo productivo de las personas dependen de su nivel de vida y la
satisfacción de sus necesidades más apremiantes. Tienen que entender las
organizaciones, políticas, que el desempleo atenta contra la dignidad de las
personas y los derechos humanos. El trabajo constituye un derecho
irrenunciable.
En este
contexto, absolutamente todos los partidos políticos y en estas fechas de
procesos electorales deben enarbolar la reivindicación de más, pero también
mejores espacios laborales y hacer del empleo digno y bien remunerado,
proponiendo los principios de libertad, para que las personas elijan en forma
autónoma la actividad productiva que deseen desempeñar.
De Justicia;
para que tengan trabajo todos quienes estén buscando y lo necesiten,
disminuyendo el tamaño del sector informal y aumentando el número de
trabajadores incorporados a los servicios de seguridad social.
De
desarrollo; para que todo trabajador tenga acceso a la formación necesaria para
ocupar puestos de mayor calificación.
De equidad;
para cancelar toda discriminación por razones de género.
De igualdad;
para fomentar oportunidades iguales para los trabajadores y trabajadoras con
responsabilidades familiares.
Ahora bien;
la política del empleo que abanderen los partidos políticos, debe estar en
sintonía con los objetivos económicos y sociales del desarrollo. Así mismo
deben pugnar por la implementación de una política laboral tendente a armonizar
las necesidades de mano de obra con las prioridades del crecimiento regional y
local.
Concluyo: Los
partidos deben abanderar la demanda de las clases sociales y populares a fin de
contar con más y mejores empleos; con salarios remunerativos y dignos; con
condiciones seguras de trabajo; con seguridad en el empleo; con capacitación
permanente; con el respeto irrestricto al marco jurídico que regula su relación
laboral.