• Para comprender el estilo de David Bowie, la diseñadora Julia Patkos se acercó a su obra y trató de entender su manera de pensar
Ciudad de Mexicio.- En la escena final de Stardust,
la nueva cinta de Gabriel Range sobre la vida de David Bowie, se puede apreciar
el momento que el tráiler había anticipado: a Ziggy Stardust sobre
el escenario, en toda su gloria glam rock. Vistiendo el inconfundible atuendo
en llamas y una capa azul eléctrico, Johnny Flynn, quien interpreta al músico,
se ve transformado en el icónico Bowie.
La
película fue filmada sin la aprobación de los herederos de Bowie, y como
resultado no es equivalente a lo que Bohemian rhapsody o Rocketman fueron
para sus músicos. En lugar de eso, Stardust es el retrato de la gira del músico por
Estados Unidos en 1971, cuando el cantante intentó atraer el interés hacia su
tercer álbum, The man who sold the world, sin poder presentarse
oficialmente debido a las restricciones de su visa.
La
música, por lo tanto, juega un papel secundario en el filme, centrado en la
aparente desesperación de David Bowie de triunfar en la industria mientras
revela, por medio de petulantes entrevistas con estaciones de radio locales y
revistas, su desdén por ella.
Desde
el punto de vista de un diseñador de vestuario, la biografía de Bowie, famoso
por sus extravagantes atuendos en los escenarios, puede representar todo un
sueño. Para Julia Patkos, quien tuvo que centrarse en una época cercana a sus
orígenes, la labor resultó más que interesante.
“Casi
siempre, en nuestra memoria colectiva, recordamos en quién se convirtió después
de Ziggy
Stardust, entre 1970 y 1980. Y en realidad no tenemos muchas
imágenes de él antes de que se volviera una estrella”, cuenta a The Independent en
una entrevista virtual. “Desde el punto de vista de una diseñadora es bueno,
porque puedes usar las partes faltantes en nuestra memoria colectiva para
llenarlas con ideas e imágenes”.
Patkos
compara el proceso de diseñar un vestuario al de traducir un poema desde su
lengua original. “Si lo traduces palabra por palabra vas a terminar con algo
que no le habla a nadie. Y con el vestuario tienes que recrear la sensación de
los atuendos; los sentimientos de la gente responden a eso”.
Para
comprender el estilo más casual de David Bowie, la diseñadora tuvo que recurrir
a su obra y a tratar de entender su manera de pensar, lo que él buscaba cuando
se vestía por la mañana, esperando poder determinar lo que estaba pensando y la
importancia que él daría a ciertos looks y prendas.
Sólo
un diseñador es nombrado en la película: Michael Fish, cuya boutique en Mayfair
se convirtió en el centro de la moda londinense en 1960 y 1970. En la portada
del disco The
man who sold the world, Bowie luce uno de los diseños de Mr. Fish,
un vestido marfil y azul.
“Particularmente
le gustaba Mr. Fish, tenía muchos de sus diseños”, relata Patkos. En una
escena, un agente de aduanas sostiene el vestido y le pregunta un poco
preocupado: “¿Te vistes con ropa de mujer?”, a lo que Bowie responde: “De hecho
es un vestido para hombres, es de Michal Fish, él inventó la corbata ancha”.
“En
Inglaterra, si vestías así la gente te miraba como diciendo, ‘wow, estás muy a
la moda’, y luego Bowie aparece en el aeropuerto de Estados Unidos y ellos
parecen mirarlo como diciendo: ‘¿qué te pasa, por qué usas eso?’ Eso también
era parte del genio de Bowie”, asegura Patkos.
Pero
lo que más admira la diseñadora del cantante es su androginia. Bowie era famoso
por tomar prestadas prendas de su esposa Angie, gracias a su figura esbelta era
perfectamente capaz de entrar en sus vestidos. “Tan sólo el hecho de que
pudiera ir al guardarropa de su esposa y casualmente meterse en unos de sus
vestidos, ¿no es eso genial? Él decía que estaba bien ser diferente, está bien
romper barreras, está bien ser quien tú eres”, indica Patkos.
“Lo
que hace falta hoy en día es que muchos hombres se pongan en contacto con su
lado femenino. Me gustaría que se pusiera de moda de nuevo para que ellos no se
sintieran tan amenazados por su propia masculinidad todo el tiempo”.
Uno
de los más grandes retos fue refabricar los vestuarios que Bowie usaba en los
escenarios. El último disfraz de Ziggy fue particularmente difícil. “Hay todo un
proceso cuando se tienen que replicar disfraces que son famosos. No pueden ser
réplicas exactas porque son material protegido por derechos de autor. Tienes
que trabajar en la delgada línea entre tener que evocar el estilo y satisfacer
a los seguidores que saben exactamente cómo se veía y ser fiel a eso”, explicó
la diseñadora.
La
cinta ha recibido malas críticas a partir de su reciente estreno en varios
países. Stardust está
disponible en plataformas de streaming.