· “Un funcionario municipal amenazó a mi personal y no dejaron de llegar las inspecciones”, reclama el propietario de Mariscos “Moyeyos”
La Paz, Baja California Sur. Con las dificultades continuadas que ha significado operar durante una pandemia, los restauranteros locales además viven el acoso de las autoridades, por lo que ven un panorama que dificulta su supervivencia y las de las familias que dependen de sus fuentes de empleo.
La alerta sanitaria que impone el gobierno municipal se ha intensificado y los comercios locales padecen de nueva cuenta la posibilidad de un cierre de actividades no esenciales, como el de la primavera pasada, donde 3 de cada 10 restaurantes cerró sus puertas definitivamente (Diario El Independiente 16 de julio 2020).
Para conocer mejor su perspectiva, buscamos la entrevista de un restaurantero local. Fernando Alvarado es propietario de Mariscos “Moyeyos”, con 30 años de experiencia en el ramo, quien informó a Diario El Independiente que vive los momentos más difíciles en su carrera.
“Decidí conseguir mi propio local, por lo que, en vez de pagar renta, como la mayoría de mis compañeros, yo debo pagar un crédito si no quiero perder el lugar”, expresó el marisquero paceño a Diario El Independiente. “Cerramos meses durante la pandemia, pero el pago al banco se tenía que hacer puntual: nos la vimos muy difícil”, admitió Fernando, quien dice que además de a su familia, su empresa da sustento a otras cinco.
Después vinieron los protocolos que, como el resto de los requisitos que le impone el gobierno, debe cumplir al pie de la letra, pero además tiene que padecer el acoso y la prepotencia de las autoridades. El señor Alvarado Navarro indicó que el pasado miércoles tuvo que denunciar en redes sociales el acoso de un funcionario municipal de alto perfil que no quería pagar su cuenta.
“Quiero comentar algo, llegó una persona y el señor pidió una sopa, pero muy intransigente dejó poca comida; dijo que no le había gustado, pero casi se la acabó y no quería que le cobrarán”, relató. Cuando sus empleados se comunicaron con él, que se encontraba en la cocina, “se le dijo que le cobraría la mitad”, pero esto no complació al cliente:
“Nos dijo que no sabemos con quién me estaba metiendo, el caso es que se fue rápidamente”, relató. “Y en eso, llegó protección civil y luego llegaron de la dirección de comercio, decían que querían clausurarme, ahora ya sé quién es, resulta que mi cliente era el señor Oficial Mayor del Ayuntamiento”.
“He estado a punto de cerrar, he vendido mis pertenencias, todos los meses es una lucha constante. Y ahora, tenemos que cumplir cabalmente con todos los protocolos, te encuentran algo y te agarran de ahí”, añadió Alvarado Navarro.
“Y luego con estos personajes, imagínate, que te quieran hacer daño con una facilidad y te digan ‘no sabes con quién te metes, te voy a clausurar’”, expresó a este matutino pidiendo a las autoridades más sensibilidad para las condiciones en que las familias luchan por sostener un negocio familiar.