• El presidente del club, Jesús Martínez, publicó en su cuenta de Twitter una carta con las felicitaciones de Gianni Infantino.
Lausana. Gigante del deporte mundial acusada de una cascada
de trampas y de dopaje institucional, Rusia fue excluida por dos años de las
grandes competiciones internacionales, incluidas dos ediciones de los Juegos
Olímpicos (Tokio-2021 y Pekín-2022), anunció este jueves el Tribunal Arbitral
del Deporte (TAS).
Rusia podrá hacer su retorno a unos Juegos en
París-2024, contrariamente a lo que reclamaba la Agencia Mundial Antidopaje
(AMA), que defendía una suspensión de cuatro años a Rusia.
"La AMA está feliz de haber ganado este
caso que hará historia", declaró su presidente, Witold Banka. El TAS
"ha confirmado claramente nuestras conclusiones, según las cuales las
autoridades rusas manipularon las muestras del laboratorio de Moscú, con el
objetivo de disimular un programa de dopaje institucionalizado", añadió en
un comunicado.
Después de cuatro días de audiencia a puerta
cerrada a principios de noviembre, los tres jueces designados por el TAS en
Lausana emitieron su veredicto en una sentencia de más de 180 páginas, una
decisión sin precedentes en la historia de la justicia deportiva.
Las "consecuencias" de las trampas
rusas "no son tan importantes como deseaba la AMA", reconocieron los
jueces en su decisión, que se justificaron diciendo que habían "tomado en
cuenta cuestiones de proporcionalidad y en particular la necesidad de promover
un cambio de cultura y animar a la próxima generación de deportistas rusos a
participar en un deporte internacional limpio".
Los deportistas rusos se jugaban mucho. En
Tokio (2021, Juegos de verano) y Pekín (2022, Juegos de invierno), solo podrán
competir, bajo bandera neutra, aquellos que demuestran que nunca recurrieron al
dopaje.
Aunque la suspensión se aplica hasta el 16 de
diciembre de 2022, sus efectos sobre el Mundial de futbol que concluirá en
Qatar dos días más tarde no están claros: el comunicado del TAS no precisa cómo
se puede aplicar su sentencia a los deportes de equipo.
Por otra parte, el TAS condenó a la Rusada,
la Agencia Antidopaje Rusa, a pagar 1.27 millones de dólares (cerca de un
millón de euros) a la AMA para reembolsar los peritajes realizados desde enero
de 2019 sobre la manipulación de las muestras del laboratorio de Moscú.
Directivas claras
Fundada en 1999 seguida al escándalo Festina
en el ciclismo, la AMA realizó un vasto esfuerzo en la investigación y se
jugaba su credibilidad en un momento en el que Estados Unidos amenaza con
cortar las ayudas y acaba de adoptar una ley que le permite liderar su propia
cruzada mundial contra el dopaje.
De su lado, el Comité Olímpico Internacional
(COI) y las Federaciones esperaban del TAS directivas claras, a siete meses de
los Juegos de Tokio, para evitar la incertidumbre y los vaivenes de los últimos
años en el caso ruso.
Justo antes de los Juegos de Río en 2016, la
AMA recomendó una exclusión de los deportistas rusos que fue rechazada por el
COI, mientras que a unos días del inicio de los Juegos de Invierno de
Pyeongchang en 2018, el TAS exculpó a 28 deportistas rusos suspendidos de por
vida por el COI.
Pero el marco jurídico está más claro en esta
ocasión, ya que se trataba de validar o no el conjunto de sanciones propuestas
en diciembre de 2019 por la AMA y rechazadas por la Rusada, a causa de la
manipulación de los ficheros informáticos del laboratorio antidopaje de Moscú
para el periodo 2011-2015.
Novela de espionaje
Este fraude informático exaspera tanto a la
AMA porque el contencioso ruso dura desde 2010, implica a los servicios
secretos y al ministerio ruso de Deportes y ha avivado las tensiones entre
Moscú y las instancias deportivas, percibidas como instrumentos del dominio
occidental.
"Se impide a nuestros deportistas, por
medios no muy deportivos, alcanzar los éxitos que merecen", lanzó en
octubre el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Hace 10 años, la corredora rusa de medio
fondo Yuliya Stepanova y su marido Vitaly, antiguo controlador de la Rusada,
alertaron a la AMA del dopaje institucionalizado en Rusia, y después lo
denunciaron en la cadena alemana ARD, que difundió a partir de diciembre de 2014 una
serie de documentales esclarecedores.
El escándalo tomó tintes de novela de
espionaje cuando Rodchenkov, forzado a dimitir del laboratorio de Moscú y
refugiado en Estados Unidos, reconoció en la primavera de 2016 haber orquestado
durante años el encubrimiento del dopaje ruso en coordinación con el ministerio
de Deportes, entonces dirigido por Vitaly Mutko, un hombre con la confianza de
Vladimir Putin.