• El narrador jalisciense Eduardo Sangarcía gana la sexta edición del galardón con la obra Ana Thalberg
CIUDAD DE MÉXICO.
Vivimos en una época oscura para
las mujeres. Aún en este año, 2020, en el país siguen pasando todas estas
desgracias, estos feminicidios, maltratos”, comentó ayer el narrador tapatío
Eduardo Sangarcía (1985), ganador del sexto Premio Mauricio Achar/ Literatura
Random House.
Dotado con 150 mil pesos, el
galardón fue otorgado al novelista y cuentista por la obra Ana Thalberg,
enviada bajo el seudónimo “Till Eulenspiegel”, que fue seleccionada entre 812
propuestas “por tratarse de una historia excepcional de brujería y persecución
inquisitorial que adquiere una vigencia estremecedoramente
contemporánea”.
El maestro en Estudios de Literatura Mexicana está
de acuerdo con la actualidad de su novela, afirmó en rueda de prensa virtual.
“Muchas de las cosas que sucedían entonces siguen ocurriendo. La mujer sigue
siendo menospreciada, considerada culpable de corromper al hombre. Cuestiones
que quizá pensábamos superadas, pero sólo debemos voltear a ver a esos círculos
religiosos fundamentalistas para darnos cuenta de que sigue ahí toda esta carga
de desprecio y discriminación”.
El autor de El elefante y El desconocido del Meno destacó
que el tema es algo en lo que se empieza a avanzar. “Son las mujeres las que
están luchando por eso; son ellas las que están sacando adelante este cambio.
Va muy lento, pero ojalá en algún momento esta diferencia termine y podamos
hablar de igualdad”.
En el anuncio estuvieron
presentes los integrantes del jurado, compuesto por los escritores Cristina
Rivera Garza, Julián Herbert y Fernanda Melchor; así como por Jorge Lebedev,
director de Ediciones Gandhi, y Andrés Ramírez, director literario de Penguin
Random House, sello que publicará el título en abril de 2021.
El jurado coincidió en que Ana Thalberg es
“una novela arriesgada que nos mantiene emocionados con un complejo y virtuoso
manejo del punto de vista, además de una estructura narrativa en la que destaca
la construcción coral de la realidad que quiere contar”.
Melchor señaló que “es un libro
que nos reta. Habla de una mujer acusada de brujería y crea acertadamente el
contexto histórico real y, al mismo tiempo, recrea la vida interior de las
personas involucradas con un virtuosismo formal que resulta refrescante”.
Y al leerlo, confesó Herbert, “el
ser un jurado dejó de ser un trabajo y se convirtió en goce. Hay una emoción
especial en encontrar un libro como este”.
Rivera Garza concluyó que “si
ésta es su primera novela, agárrense”.