• El autor traza una ruta crítica e irónica para utilizar las nuevas herramientas tecnológicas
CIUDAD DE MÉXICO.
Con
la publicación del Antimanual de buenas costumbres para usuarios de redes sociales
y ciudadanos digitales, el escritor Boris Berenzon traza una ruta crítica e
irónica sobre el uso de las redes sociales a partir del famoso Manual de
Carreño, donde lo importante era revisar los valores morales de las grandes
preguntas universales como son la nación, la ciudadanía, los semejantes, la
familia, el comportamiento social en general, tal como se hace en la filosofía.
Este libro es un antimanual que
busca, de manera irónica y no por ello menos profunda, mostrarnos cómo nos
comportamos ante las redes sociales y cuáles podrían ser esas buenas
costumbres. Lo que yo veo es que en ese mundo viven los egos y las
fascinaciones propias, un discurso entre egos que hace tendencias, aunque no
necesariamente forman una opinión, a partir de lo cual se van estableciendo
reglas de comunicación entre esta llamada realidad virtual y la cotidiana”,
detalló en entrevista.
¿Le parece que cada red social utiliza un
lenguaje distinto? “Lo interesante es revisar cómo las nuevas conductas
sociales, que van desde la sexualidad, el amor y hasta la política y las
grandes pasiones confluyen en las redes sociales. De pronto tenemos poetas que
dictan una idea o políticos que emiten un mensaje, o como lo hemos visto en las
grandes campañas, donde un mismo mensaje podía ser codificado de una manera
para una población y de otra, completamente distinta, para otra. Además, me
llama la atención que la misma persona que puede ser tu enemigo, de pronto se
convierte en tu amigo sin darse cuenta”
¿Es determinante el ejercicio de
la repetición en estas redes? “Son espacios que no se pueden digerir y que no
permiten pensar profundamente, porque lo que estamos siguiendo son tendencias.
Me gusta mucho cuando Gerardo Galarza –prologuista del libro– nos dice que sin
trending topic no hay paraíso, y creo que tiene razón en su ironía porque se
vuelven espacios de linchamiento donde no se sabe con quién estás dialogando.
Yo digo que es un diálogo entre narcisistas, donde lo único que importa es
acumular likes de tus seguidores”.
Sin embargo, me parece que
escritores como Margo Glantz nos han mostrado que las redes son repetitivas y
carecen de propuestas. En el fondo nos hemos vuelto más bárbaros, porque hemos
abandonado valores filosóficos y hemos empezado a cambiar el lenguaje, lo cual
implica que la cultura está cambiando y las redes nos están marcando un cambio
cultural que valdría la pena revisar”, abundó