• Se trata de una poeta que hasta antes de la concesión del máximo galardón de la literatura era una desconocida en Europa, y el único país de habla no inglesa que le publicó sus libros fue España.
Madrid. Apenas ha pasado
algo más de un mes desde la concesión del Premio Nobel de Literatura 2020 a la
poeta estadunidense Louise Glück y ya se consumó un hecho que, no por habitual
en el mundo editorial, deja de resultar sorprendente: la noticia de que el
implacable agente literario de la galardonada, Andrew Wylie, también conocido
como El Chacal, empezó la negociación con empresas editoras que, de
entrada, cancelarían la relación con Pre-Textos, la editorial que dio a conocer
a la autora en español.
Se trata de una poeta que
hasta antes de la concesión del máximo galardón de la literatura era una
desconocida en Europa, y el único país de habla no inglesa que le publicó sus
libros fue España.
El director de Pre-Textos,
Manuel Borrás, contó a La Jornada que Glück descubrió un día, en casa
de su amigo y también escritor, Mark Strand, un libro en español de esa
editorial independiente. Quedó maravillada por la belleza de la edición, su
papel de textura impecable, la letra que invitaba a leer lo que se tenía entre
manos. Fue entonces cuando se empeñó en que esa pequeña empresa editora
publicara sus libros en español, algo que resultó fácil puesto que Borras había
leído hacía poco tiempo uno de los poemarios de la hoy poeta consagrada, El
iris salvaje, que le había conmovido.
No se sabe si la poeta está al
tanto de las negociaciones de El Chacal con otras empresas editoras,
léase multinacionales del sector. Borras ni siquiera se enteró por el propio
Wylie, sino por llamadas que le hiceron colegas españoles que supieron que el
agente estadunidense está ofreciendo a Glück al mejor postor, sin tomarlo en
cuenta a él, su editor en español, el primero que apostó por ella.
Por lo pronto, con Pre-Textos,
el dinero primó frente al vínculo creado a lo largo de 14 años y después de
haber publicado siete de sus 11 libros.
Borrás explicó a este diario
que las ediciones de esas obras fueron ruinosas, siempre con pérdidas
económicas y de los que apenas se vendieron algunos centenares de ejemplares.
El resto los guardó en las bodegas de la editorial a la espera de que vinieran
tiempos mejores para la autora. O no. Puesto que Borrás en ningún caso se movió
por el mero interés pecuniario, sino por su afán por publicar autores que
aporten algo a la literatura, sobre todo en el terreno de la poesía, el género
más difícil de comercializar.
Con la llegada del Nobel,
Borrás tenía proyectos de redición, de empezar a divulgar más la obra de una
autora que él mismo admira desde hace más de 15 años, pero se dio de bruces con
un portazo en la nariz. El agente literario de Glück, El Chacal, lejos de
hablar con él sobre los proyectos a futuro para el mercado en español, o al
menos en España, empezó una negociación con varias empresas editoriales
–todavía desconocidas, pero se presume que forman parte de los grandes grupos
multinacionales– para editar a la autora, con regalías más propias de una
Nobel.
La polémica de Glück y de su agente ha dolido
especialmente entre los libreros, editores y escritores de España y América
Latina, puesto que la editorial Pre-Textos siempre ha sido un nexo de unión
entre ambas orillas. De hecho, los siete libros de Glück los tradujeron a su
vez siete poetas de países distintos de la región, quienes se fueron
convirtiendo en fieles lectores de la poeta.
Para expresar su malestar,
Borras publicó una carta a la que se han sumado personas del mundo de la
literatura en español, en la que explica que “durante 14 años la editorial
Pre-Textos publicó a la poeta estadunidense Louise Glück, exactamente, siete
libros traducidos por poetas de distintas provincias de la lengua castellana–,
apostando empecinadamente por ella cuando prácticamente nadie fuera del mundo
de habla inglesa la conocía”.