• Los jueces federales que conocieron de los expedientes de consignación determinaron que la investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) está mal integrada y no se cuenta con pruebas suficientes
Ciudad de México
La Fiscalía Especial para el Caso Iguala
fracasó en dos intentos por obtener órdenes de aprehensión en contra de dos
militares presuntamente implicados con el cártel Guerreros Unidos y señalados de
participar o incurrir en acciones omisivas para evitar la desaparición de los
43 normalistas de Ayotzinapa, revelaron funcionarios federales.
Los jueces federales que conocieron de los expedientes
de consignación determinaron que la investigación de la Fiscalía General de la
República (FGR) está mal integrada y no se cuenta con pruebas suficientes para
inculparlos de desaparición forzada y delincuencia organizada.
En agosto pasado, se dio a conocer un informe
de los avances que llevan las nuevas indagatorias del caso Iguala y se anunció
que ya se habían obtenido órdenes de detención en contra de varios integrantes
del Ejército Mexicano, que estuvieron comisionados al 27 Batallón de Infantería
con sede en Iguala en la fecha en que sucedieron las 43 desapariciones.
Fuentes federales revelaron que en las nuevas
pesquisas, el Ministerio Público federal ha pretendido que se liberen
mandamientos de captura en contra del teniente Joel Gálvez Santos y del soldado
Eduardo Mota.
El teniente Gálvez Santos compareció el 17 de
agosto de 2017 ante la FGR y en sus declaraciones rechazó haber tenido
conocimiento de que los informes que se emitían del C-4 (Centro de Comando,
Control, Comunicación y Cómputo de Seguridad Pública) no le eran enviados ni
tampoco participó en las acciones de búsqueda de los estudiantes de la Normal
Isidro Burdos de Ayotzinapa, Guerrero, tras su desaparición; sin embargo, es
mencionado por familiares de los normalistas como uno de los integrantes del
Ejército que pudieran proporcionar datos en pro de la localización de las
víctimas.
En tanto, el Ministerio Público federal ha
solicitado al juez que se otorgue una orden de arresto en contra del soldado
Eduardo Mota, quien conducía una motocicleta el día 26 de septiembre y fue
testigo de cuando los normalistas eran agredidos por policías locales y de esos
hechos tomó cuatro fotografías que posteriormente fueron entregadas al jefe de
Inteligencia que operaba desde las instalaciones del 27 Batallón de Infantería.
Hasta la fecha, el único militar detenido por
su presunta relación con los hechos del 26 de septiembre de 2014 es el capitán
José Martínez Crespo, quien enfrenta los cargos de desaparición forzada y
delincuencia organizada.