• El deporte aquí, en China o en Marte, es cosa de pundonor y esfuerzo, de lucha en la cancha, no de dinero y pactos bajo el escritorio
Ciudad
de México. Aunque Santos Laguna no pudo superar el repechaje
y el Atlas no se mueve del último lugar de la tabla de cocientes, Alejandro
Irarragorri está de plácemes. La FIFA avaló su maniobra antideportiva,
apuntalada por la Federación Mexicana de Futbol, para que no haya descenso
durante seis años, así que puede seguir en la hamaca con sus equipos y con la
Liga Mx flotando en la mediocridad.
Para
nadie es un secreto que Grupo Orlegi fue el principal impulsor para abolir el
descenso-ascenso, algo que con mucha dignidad combatieron los equipos Leones
Negros, Correcaminos y Venados, los cuales ahora deberán pagar el costo del
juicio llevado hasta el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo). Perdieron en los
tenebrosos túneles de esas instancias, pero su triunfo moral es incuestionable.
El
deporte aquí, en China o en Marte, es cosa de pundonor y esfuerzo, de lucha en
la cancha, no de dinero y pactos bajo el escritorio. Pactos que, por cierto, un
día valen y al otro no. Que se implementan para beneficiar a un puñado de malos
apostadores, dueños que no saben perder, y antes de ver devaluadas sus
franquicias por su evidente ineptitud, han recurrido una y otra vez a acuerdos
ignominiosos.
El
Atlas luce condenado a erogar 120 millones de pesos, mientras el penúltimo de
la tabla de cocientes deberá pagar 70 y el antepenúltimo 50, por eso
Irarragorri ahora impulsa la idea de que mejor los 18 equipos del máximo
circuito se dividan los 240 millones de pesos anuales para apuntalar a la Liga
de Expansión; les tocaría dar 13.3 millones y así (por enésima vez) él evitará
su quiebra, máxime que hay penalización para los que reincidan: si su equipo
vuelve a quedar último deberá pagar 140 mdp.
A
la FIFA (los fifos les
decía Miguel Mejía Barón) y al TAS no les interesa que el nivel del futbol
mexicano crezca, sólo saben que se trata de un socio que apoya a Estados Unidos
hacia el Mundial 2026 y no quedó sino avalar. El argumento de una crisis
económica propiciada por la pandemia no justifica la aberración de eliminar el
descenso, ninguna otra liga lo ha hecho, y acá se anunció antes de la aparición
del flagelo.
El
Cuau Blanco repetía mucho una frase: al que actúa bien, le va bien; y al
que no, le va mal. Y ¡zaz!, Santos Laguna, el equipo estrella de Grupo Orlegi,
fue eliminado por el Pachuca, no habrá liguilla para los albiverdes y ahora
todas las velitas están encendidas para el equipo femenil rojinegro, de gran
campaña y que agarra aliento para enfrentar una ruda fase final.
De
la mano del Rey
Midas, Víctor Vucetich, las Chivas están en los cuartos de final y
dejan atrás una racha de cinco torneos sin liguillas, aunque el panorama es
poco alentador. El equipo está disminuido, con muchas bajas, no tiene
profundidad ni gol. Derrochó velocidad y enjundia ante los Rayos, pero de nada
le servirán esas herramientas si no es certero. Pinta para ser un simple
animador en la fiesta grande.
Claridoso,
Miguel Piojo Herrera dijo que la repesca es sólo para que las televisoras
ganen dinero. En efecto, los partidos de las 21 horas empezaron 10 minutos
después para saturar a los aficionados de publicidad que va directo a los
bolsillos del duopolio y de Fox Sports, mientras los equipos que hicieron sus
deberes en tiempo y forma –León, Pumas, América y Cruz Azul– están
entumiéndose, con el riesgo que eso significa.
La
liguilla femenil quedó lista. Las campeonas Rayadas empezarán a defender su
centro ante Pumas, mientras las Tigrillas van contra las Tuzas. A la atacante
Katty Martínez le dieron indebidamente el título de artillera que debió ser
compartido con Alisson González, del Atlas, pues le sumaron un autogol y con
ese tanto fantasma ganó. Chivas enfrenta al América en choque nivelado. Los
invitados inusuales son las rojinegras y Querétaro, con los momios a favor de
las tapatías.
En
la liga rosa las estrategas féminas han perdido espacios, apenas hay cuatro y
solamente no avanzó Fabiola Vargas, con las Centellas, aunque las
sobrevivientes: Ileana Dávila (Pumas), Carla Rossi (Gallitas) y Eva Espejo
(Pachuca) no portan la etiqueta de favoritas. De ellas, Espejo es la única que
ha probado las mieles del triunfo. A los federativos les falta cumplir con los
lineamientos de FIFA de apoyar más a las mujeres en el rol de entrenadoras.