• Volvería a pasar todo lo que viví y me motivaría de nuevo, nos tocó pelear, pero hoy tenemos el apoyo, asevera.
Ciudad de México. Entre los ídolos del balompié existe un
nombre que permaneció ocultó por años y no por su falta de talento, al
contrario, por haber sido osada en su intento de jugar cuando las mujeres no
tenían un espacio en la cancha. Maribel Domíguez fue atrevida dentro y fuera
del campo, en su momento cumbre la discriminaron, pero 20 años después goza del
reconocimiento al ser elegida para entrar al Salón de la Fama del Futbol de
Pachuca.
A veces se gana en tiempo extra, dice con una
sonrisa serena en videollamada. Volvería a pasar todo lo que viví y me
motivaría de nuevo, nos tocó pelear, pero hoy tenemos el apoyo, asevera.
El nerviosismo y la sorpresa la invadió
cuando en la votación del Salón de la Fama superó a jugadoras como Esther Mora,
una de las pioneras en el futbol femenil que jugó en la década de 1970 e
incluso 20 años después fue compañera de Maribel en la selección.
“Antes de nosotras hubo una generación muy
importante como la de María Eugenia la Peque Rubio y Esther Mora, todas ellas dejaron el
nombre de México en alto en un torneo no avalado por la FIFA, pero que todos
conocemos. El futbol femenil nació hace muchos años ellas fueron un
parteaguas.”
Domínguez irrumpió en la década de 1990 en el
balompié mexicano como una pieza que no encajaba en un modelo exclusivo para
varones. Tenía buena técnica, velocidad, pegaba al balón con fuerza y agilidad,
pero era mujer y no podía jugar como profesional. Así, migró a Europa donde
defendió la playera del Barcelona y después disputó con la selección nacional
femenil las Copas del mundo de 1999 y 2011, así como los Juegos Olímpicos de
Atenas 2004.
Creo que fue una carrera de muchas emociones,
positivas y negativas, con muchas dificultades, también estuve fuera de mi
país, sin mi familia, todas esas experiencias te marcan pero te empujan a
querer hacer las cosas mejor, señala.
Entre la discriminación y los
obstáculos, Marigol prefiere
quedarse con la imagen más relevante de su carrera cuando obtuvimos el
pase a los Juego Olímpicos, sentí que estaba cumpliendo con mi madre, porque yo
quería ayudarla, pensar en apoyarla me dio mucha fuerza. Entre estas palabras
Domínguez revela los motivos de su perseverancia, más allá de sólo querer jugar
era respaldar a su familia, la cual pasó complicaciones económicas.
Con una renovación reciente en las reglas
mundiales del futbol y la creación de las ligas para mujeres, ahora Maribel
comparte su experiencia con las nuevas generaciones al ser directora técnica de
la selección femenil Sub 17.
Mi primer objetivo es llegar al Mundial y
tener una buena participación, ya se logró con Mónica Vergara y hoy es nuestro
turno, dice. Sin embargo, aspiro también a dirigir al representativo mayor
o algún equipo de la Liga Mx. Y, ¿por qué no?, llegar a España. Las mujeres
mexicanas estamos bien preparadas señala.
Hoy tenemos mucho más apoyo y también el
doble de trabajo, porque debemos ponernos la etiqueta de profesionales. Si
antes no tuvimos un respaldo e hicimos cosas importantes, ahora tenemos que
hacer mucho más, sentencia.