• Realiza una reestructura presupuestal, por lo cual se ha dado de baja a empleados “no comprometidos con el servicio público”
Ciudad de México
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos
(CNDH) negó que en su interior se cometan abusos laborales en contra de su personal
e indicó que desde el inicio de la administración de Rosario Piedra Ibarra, se
lleva a cabo “un esfuerzo de reestructura del presupuesto bajo el criterio de
máxima austeridad”, por lo cual se ha dado de baja a empleados “no
comprometidos con el servicio público”.
En un comunicado, el organismo señaló que la
mencionada estrategia busca optimizar los recursos humanos y materiales
existentes; ajustar los salarios de los altos mandos para cumplir la Ley de
Austeridad Republicana; eliminar “gastos innecesarios y privilegios en áreas no
sustantivas,” y priorizar y fortalecer la atención a las víctimas, reorientando
los ahorros en el presupuesto a esta tarea.
“Este esfuerzo ha implicado ajustes en el
personal, así como en los procesos y formas de trabajo, y pese a ello se ha
privilegiado el absoluto respeto a los derechos humanos y laborales de todas y
todos los trabajadores; se inició una renivelación de los salarios para
reconocer el trabajo y el compromiso con las víctimas. Además, para combatir y
castigar el acoso laboral se creó un Comité especializado en este tema, por lo
que ahora se trabaja en armonía y orden, sin crisis ni abuso solapado”, señaló
la Comisión.
La entidad pública indicó que “este esfuerzo
ha implicado también, identificar y dar de baja a quienes no están
comprometidos con el servicio público y la transformación de la Comisión, por
ello, algunos elementos, incluidos algunos designados en la presente
administración, han sido cesados. Esta acción ha sido utilizada de manera
equívoca, los funcionarios cesados han desinformado o malversado la verdad de
la vida institucional de la CNDH, poniéndola en riesgo. Y esta ha sido una
constante desde el mes de junio”.
El organismo autónomo aseguró que “ha sido
muy respetuoso de sus derechos y discreto cuando ha detectado irresponsabilidad
o desviaciones en el desempeño del cargo de alguna o algún funcionario; sin
embargo, estos han aprovechando dicha discreción, con total falta de ética,
para justificarse y encubrir sus omisiones y fallas con acusaciones temerarias.
Hablamos de cuatro casos concretos, los de quienes, sin dudar en dañar a este
organismo autónomo, han emitido declaraciones sin sustento a los medios de
comunicación”.
De acuerdo con la CNDH, “ausencia total de
principios, desviaciones en sus funciones con afectación a los recursos del
pueblo, incumplimiento de su compromiso como servidores públicos, desatención
de las quejas y deficiente emisión de recomendaciones, entre otras causales,
todo esto reflejado en datos duros, han sido encubiertos con señalamientos de
que ‘injustificadamente’ se les cesó, cuando ha sido precisamente lo
contrario”.
Por estos motivos, dijo, la Comisión “expone
abiertamente esta situación. Algunos de los cesados, incluso, enfrentan
denuncias penales y ante el Órgano Interno de Control, que en su momento se
dilucidarán, pero es indispensable aclararlo. El esfuerzo de transformación que
impulsa la CNDH no debe verse opacado por eventos que no tienen relación con su
razón principal de actuar: las víctimas”.
En este marco, la institución afirmó que en
su interior “prima el respeto irrestricto a los derechos humanos, se procura el
mejor ambiente laboral y es menester aclarar que quienes han salido de ella ha
sido por razones que tienen que ver con el incumplimiento de sus funciones, la
falta de ética en el desempeño de las mismas y algo peor, la traición al pueblo
al que se deben y espera de nosotros trabajo y compromiso”.
Cómo se informó en este diario, a finales de
agosto la ombudsperson Rosario Piedra Ibarra le pidió su renuncia a los
entonces titulares de las primera y sexta visitadurías, José Martínez Cruz y
Edgard Sánchez, respectivamente, a quienes incluso acusó a través de un video
de haber “traicionado” el encargo que les había encomendado.
Martínez señaló a través de una carta que su
renuncia al cargo había estado motivada por desavenencias con el secretario
ejecutivo del organismo autónomo, Francisco Estrada Correa, a quien señaló como
un personaje que se ha “extralimitado” en sus funciones, cuando es la ombudsperson
Rosario Piedra Ibarra quien debería tomar todas las decisiones
trascendentales.
Unas semanas antes, la CNDH anunció que había
interpuesto una demanda penal contra su ex directora de comunicación social,
Alejandra Ezeta, sin especificar cuáles eran las faltas supuestamente cometidas
por la funcionaria.
Ezeta, por su parte, denunció a la Comisión
por presuntos actos de hostigamiento y abuso laboral cometidos por Estrada
Correa.