• Lo correcto y la responsabilidad de la política
Muy buenos días estimable
lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo este su Diario El
Independiente.
Inicio esta columna comentando
a Usted; La política debe estar presidida por la ética, y los objetivos de los
partidos políticos, pongámosle PRI, PAN, MORENA, etc., como organizaciones
políticas, se vinculan directamente con el mandato constitucional que,
atribuyendo a los partidos políticos el carácter de organismos de interés
público, les impone las obligaciones de promover la participación ciudadana en
la vida democrática del País y contribuir a que los ciudadanos accedan al
ejercicio del poder. Por tratarse de organizaciones que afilian libre e
individualmente a los ciudadanos, debe entenderse que llevan a cabo una acción
política de elevadas finalidades y que como tal, las acciones que realicen
deben estar revestidas de los más elevados principios de la ética política.
Pero si bien ese actuar debe
responder a los principios éticos, nunca deben perderse de vista que son los
hombres, las mujeres y no las instituciones quienes violan, con sus inadecuadas
conductas, las reglas de la convivencia civilizada, vulneran las virtudes que
deben cumplir en su actuar político y con sus conductas llegan al extremo de
cometer delitos que dañan el cuerpo social del que forman parte, y que en
ocasiones excede en su valoración externa de los hechos que se atribuyen a las
instituciones, más que a los hombres y mujeres que los cometen.
Desde los textos de
Aristóteles se afirma la necesidad de que las formas de conducta moral, no
incurran en el vicio, la incontinencia, la bestialidad y la brutalidad, y que
las virtudes intelectuales deben ser elementos fundamentales del quehacer
político, a fin de que no haya excesos ni defectos en el actuar de los
ciudadanos. Los códigos de ética partidista de los partidos antes mencionados,
tienen por objeto el establecimiento de las bases y principios que deben regir entre
los militantes, los dirigentes de partidos, y quienes ocupen cargos de elección
popular o lo mismo sean servidores públicos en los poderes del Estado Mexicano;
así mismo, imponen a sus miembros como compromisos ineludibles la lealtad y el
cumplimiento de los documentos básicos y las plataformas electorales,
ratificadas a través del voto popular que nos otorga la ciudadanía, y que se
cumplan en programas de gobierno.
Pero no basta con los textos
de Aristóteles, también es indispensable tener precisión en las reglas que
determinan las faltas, los vicios contrarios a las virtudes exigidas, las
incontinencias vulneradoras de la temperatura y del equilibrio, y el exceso de
las conductas abusivas que pueden convertirse en brutales violaciones de los
más elevados principios que rigen la vida de la comunidad; por citar un ejemplo
el caso de “LOZOYA”, Ex Director de PEMEX.
Concluyendo: la sociedad
actual, más informada, con mayor nivel de educación, recibe los mensajes
cítricos del actuar de las mujeres y los hombres, cuya vida se desenvuelve en
el difícil campo de la actividad política y que por tanto, tienen sus conductas
a la vista de la propia comunidad a la que deben servir en el ejercicio de la
actividad que pretenden desempeñar. Pero es importante considerar que el tiempo
exige reajuste en las instituciones y en las normas, de acuerdo con la realidad
actual del País y del mundo.