Cabo San Lucas, Baja California Sur. En el municipio de Los Cabos, desarrollos turísticos e inmobiliarios han construido plantas desaladoras de agua de mar para dotarse de agua potable. El proyecto de una nueva planta desaladora para uso municipal no es el único, ya que estos equipos en la iniciativa privada son una opción para el abasto de agua de uso diario. 

En la opinión experta del biólogo catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), Campus Los Cabos, Raúl Rodríguez Quintana, un proyecto como una planta desaladora de agua de mar sí afecta a su entorno, pues al irrumpir en la naturaleza siempre se tiene algún efecto negativo en el ecosistema. 

Dicho esto, el proyecto del Ayuntamiento de Los Cabos por la nueva desaladora tendrá que contar con estrictos estudios variados que determinen los riesgos y la solución a los mismos que genere el complejo desalador. 

“Se debe revisar la profundidad, dinámica costera, y en esto estamos hablando del oleaje, las corrientes, las mareas, toda esa energía que se genera en las áreas costeras. Habrá que ver la situación, si la salmuera que sale de las desaladoras afecta o no a la flora y fauna de la zona […] Cualquier alteración en una zona natural, sí afecta y habrá que ver el grado de afectación. En el Océano Pacífico la dinámica costera es muy fuerte y tendrán que determinar con estudios si la afectación es grave o podría ser de impacto”, explicó Rodríguez Quintana.  “Existen métodos o formas de que esta salmuera se distribuya a lo largo de un tubo perforado y que no salga de manera directa a una sola zona, que se disperse en varios metros o kilómetros” continuó. 

De acuerdo con estudios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la salmuera puede reducir los niveles de oxígeno en el mar, generando lo que llaman “impactos profundos” en las poblaciones de mariscos, cangrejos y diversas criaturas que habitan cerca de las plantas desalinizadoras de agua de mar.