• Es la primera jugadora polaca en ganar el Grand Slam de Francia
PARÍS, Francia.
Iga Swiatek, de 19 años y 54ª de la WTA, se convirtió en la primera
jugadora polaca en ganar Roland Garros, al batir en la final a la
estadounidense Sofia Kenin (6ª), por 6-4 y 6-1, en una hora y 24 minutos de
juego.
Durante las dos semanas de Roland Garros, Swiatek no ha
perdido ningún set y solo ha cedido 28 juegos. El lunes se convertirá en la 17ª
clasificada del ránking WTA.
Estuve fuerte mentalmente, intenté jugar agresiva, como
en los partidos anteriores. Pero hoy estaba muy estresada y no sé cómo
gané, solo quería estar concentrada. Espero que tu lesión no
sea muy grave", dijo Swiatek a Kenin, con ambas jugadoras llorando tras el
duelo.
La estadunidense, que inició el partido con una venda en
su muslo izquierdo, recibió tratamiento médico en los vestidores cuando perdía
2-1 en el segundo set. No volvió a ganar un juego.
Swiatek empezó el partido como había sobrevolado los seis
anteriores. En ocho minutos ya sumaba una rotura y tenía un 3-0 en el marcador.
Kenin, de 21 años y que ganó el Abierto de Australia en
febrero, sabía que sus opciones pasaban por capear el temporal e intentar hacer
dudar a una rival que hasta ahora no lo había hecho.
Así fue. Con un juego variado e intentando trampear su
tenis ofensivo, Kenin le devolvió la rotura y se situó 3-3.
Durante este tramo, Swiatek mostró alguna señal de desconcentración,
con gritos y algún pelotazo, una faceta que ya mostró el
viernes en la semifinal de dobles que perdió con Nicole Melichar ante la
chilena Alexa Guarachi y la estadounidense Desirae Krawczyk.
Con los argumentos de la pelea encima de la mesa, ambas
jugadoras ofrecieron un buen espectáculo en el desenlace de esta primera manga,
que se terminó apuntando la polaca, con menos altibajos que en el tramo
inicial.
En el segundo set, su superioridad fue más evidente ante
una Kenin que con 2-1 se fue a los vestidores.
Swiatek se quedó en la pista, moviéndose para no
enfriarse en la fresca tarde parisina.
El partido se reanudó y el torbellino que arrasó Roland
Garros se reactivó para apuntarse cuatro juegos consecutivos y lograr la
victoria.