Cabo San Lucas, Baja California Sur. Las zonas turísticas del puerto de Cabo San Lucas (CSL), en el municipio de Los Cabos, han sido prácticamente invadidas por el comercio informal. La entendible crisis económica que generó la pandemia de Covid-19 lastimó al destino turístico y es la razón de esta problemática que comienza a tomar fuerza. De acuerdo con cifras oficiales de la Administración Portuaria Integral (API), se han contabilizado poco más de 400 vendedores ambulantes que operan de manera irregular en los andadores de la marina turística. 

En el cinturón de playas de la bahía, las organizaciones credencializadas de vendedores ambulantes afirman respetar el aforo permitido, incluso han señalado que son menos los comerciantes que trabajan todos los días que lo que deberían tener. Aun así, el paisaje de playas como El Médano, Ocho Cascadas y Hacienda, se pinta de los uniformes blancos típicos de los comerciantes, más que los multicolores de la ropa de playa de locales y turistas. 

Autoridades del Ayuntamiento de Los Cabos coinciden en que no se ha superado el número de vendedores credencializados, pero la cifra de los llamados "golondrinos" es incuantificable. Desafortunadamente, para un estimado de 900 familias que se dedican al comercio ambulante, el poco turismo que hay en el municipio es en donde pueden generar el sustento para su hogar. 

En las calles del primer cuadro de CSL sucede lo mismo. La venta informal de flores, puros, plata, chicles y otros artículos, es el nuevo panorama que se observa en la zona, al igual que en las otras dos áreas: hay más comerciantes que visitantes. Los señalados, piden a las autoridades gubernamentales buscar la forma de ser ayudados económicamente a través de programas asistenciales o empleo temporal, pues durante lo que ha transcurrido en la contingencia sanitaria más importante a nivel mundial, en el municipio de Los Cabos han estado desamparados.