La Paz, Baja California Sur. Baja California Sur (BCS) y otros estados con vocación turística padecen de manera más acentuada los efectos devastadores en sus economías por la emergencia sanitaria, esto luego de que se liberaron datos de seguimiento de la actividad económica elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Ante las restricciones a la movilidad para contener el virus, la reducción en el ingreso disponible y el gasto de las familias y empresas por la recesión mundial, Quintana Roo vio a su economía hundirse 38.2 por ciento entre abril y junio del presente año: de acuerdo con la variación trimestral de los indicadores de la actividad económica estatal del Inegi.

BCS, donde las actividades relacionadas con este sector representan más de la mitad de su PIB, tuvo un desplome de -37.9 por ciento en su actividad económica durante el segundo trimestre del año, el doble que la economía nacional. Esta contracción es casi del doble de profunda que la que padeció en conjunto la economía nacional, cuya reducción fue de -17.1 por ciento entre abril y junio.

En comparación con ese trimestre, pero del año pasado, la contracción es del 42 por ciento. Se trata de la peor caída en su historia y el cuarto trimestre consecutivo en negativo, según el Inegi, lo que indica que la caída económica de BCS se pronunciaba aún antes de que se dejaran de sentir los efectos de una pandemia entre su población.

Autoridades económicas locales han señalado que la ocupación hotelera también llegó a tocar niveles cercanos a cero entre abril y mayo, indican datos de la Secretaría de Turismo. De acuerdo a cifras del Inegi, el Producto Interno Bruto (PIB) de BCS en el año 2018 fue de 237 mil 773 millones de pesos. Sin embargo, a partir del 2019 al tercer trimestre de 2020, tal crecimiento ha mostrado la tendencia contraria, ya que dicha tasa se ubicó en el -4.9 por ciento, detonado por la caída en las ramas de la construcción y de la minería.

Desde antes de la emergencia sanitaria, el turismo ya venía perdiendo fuerza por los problemas de inseguridad, la pérdida del mercado norteamericano, la incertidumbre ante las políticas gubernamentales, la desaceleración de la economía interna y la falta de promoción internacional. Aunque todavía no se tienen datos firmes sobre el tercer trimestre, fuentes financieras en Ciudad de México hablan de una recuperación apenas sensible, del 12 por ciento del producto nacional.