• Entre Palenque y Calkiní, el INAH ha detectado 2 mil 187 puntos de interés arqueológico, de los cuales 12 son focos rojos
CIUDAD DE MÉXICO.
Dos
mil 187 puntos con vestigios arqueológicos han sido detectados por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) en los tramos de Palenque a
Escárcega y Escárcega a Calkiní, tras la revisión del 40 por ciento de la ruta
del Tren Maya con tecnología LIDAR (Laser Imaging Detection and Ranging, por
sus siglas en inglés), de los cuales ubicaron 12 focos rojos que requerirán
una exploración
arqueológica minuciosa in situ y que iniciará en diciembre próximo.
Así lo confirma a Excélsior Pedro
Francisco Sánchez Nava, coordinador Nacional de Arqueología, quien adelanta que
la dependencia evalúa la apertura de cuatro nuevos sitios de la cultura maya en
el marco del Tren Maya. Se refiere a Nadzca’an, Tankah, Ichkabal y uno de los
dos sitios recién detectados en Candelaria, así como la ampliación de Chichén
Itzá, Palenque y Tulum.
Nadzca’an es un sitio que
comparte características con los sitios que están en la reserva de Calakmul, es
un espacio cívico religioso (data del año 250 al 1000 d.C.) que está cerca de
Calakmul y se ubica casi a orilla de carretera. Así que la ruta del tren pasará
muy cerca. Hace años lo visité, tiene numerosas estelas en su interior y varios
grupos arquitectónicos. En algún momento estuvo abierto a la visita pública,
pero por conservación no se consolidó”, explica Sánchez Nava.
4 sitios nuevos de la cultura
maya evalúa abrir el INAH en el marco de la ruta del tren
Otro sitio considerado es
Ichkabal, en Quintana Roo, al poniente de la laguna de Bacalar con una
superficie de 30 kilómetros cuadrados, donde han registrado estructuras masivas de hasta 46
metros de altura y es señalado como un importante centro
político de la región.
Además, abunda, el INAH estudia
la posibilidad de abrir uno de los cuatro sitios ubicados en la zona de
Candelaria, el cual deberá consolidarse antes. “Es otra zona para su eventual
apertura en el primer tramo de la ruta, pero necesitará una exploración de gran
calado”.
¿Cuántos espacios arqueológicos
importantes han detectado con el LIDAR?, se le pregunta. “Puedo hablar de los
dos primeros tramos. En el primero, de Palenque a Escárcega, se han detectado
cuatro sitios con características monumentales; y en el de Escárcega a Calkiní,
hay ocho con edificios de características monumentales. Pero esto no debe
asustarnos, sabíamos que iba a ocurrir”.
¿Podría ampliar? “No podría dar
las coordenadas, pero son 12 espacios importantes en los dos primeros
tramos. Hemos avanzado en dos sitios del primer tramo, donde hemos
contabilizado 90 estructuras en uno y 40 en otro”.
¿Ya fueron resguardados? “Están
resguardados en el papel, pero tenemos que ser discretos porque en los hechos
no tienen ningún nivel de seguridad. Así que la gente intentará acercarse, por
curiosidad, y preferimos dejarlos así, que ya están protegiéndose en tanto hay
notificación y acuerdo con Fonatur de que éstos se van a cuidar”, agrega.
¿Hay edificios monumentales? “Sí,
de más de 10 metros de altura, los cuales forman plazas y conjuntos. Además, se
han localizado áreas habitacionales donde, seguramente, habrá enterramientos y
espacios domésticos. Así que excavaremos. Sin embargo, no son ciudades en un
sentido estricto, sino grupos de estructuras que forman conjuntos armónicos. Sí
son lugares relevantes y nuestra obligación es señalarlo ante los
desarrolladores de la obra para buscar la mejor estrategia que no incida en
costos, tiempos y nos permita avanzar en el conocimiento arqueológico”.
¿Qué hay en los más de 2 mil
puntos registrados? “No hablaría de dos mil monumentos porque es engañoso, sino
donde hay desde un metate hasta un montículo o una estela, pero en cada caso se
realizará un análisis formal. Vale la pena señalar que, desde la antigua ruta del tren,
afectó a algunos de éstos. En ese caso, haremos exploraciones para obtener
información y hacer trabajos de conservación y preservación, pues, aunque
fueron afectados en un primer momento, no los vamos a dejar a la deriva”,
reconoce.
Sánchez Nava también habla sobre
las zonas arqueológicas que serán ampliadas a partir de la puesta en marcha del
Tren Maya.
Otra tarea que nos toca como INAH
es el trabajo de consolidación y mejoramiento de algunas características de
infraestructura en las 30 zonas que tendrán incidencia de la ruta, las cuales
ya están abiertas al gran público, para recibir un mayor número de visitantes
derivado de la circulación del tren en toda esta región”.
¿En qué zonas se prevé la
ampliación?, se le inquiere. “Debemos estar preparados para recibir un mayor
número de visitantes. Obviamente en Chichén Itzá, Palenque y Tulum, que son
algunas de las más importantes, porque tendrán un mayor número de visitantes.
Así que deberemos abundar en la oferta para tener nuevas áreas exploradas de
acceso al visitante”.
¿Qué tanto se ha modificado el
trazo del tren? “La primera versión que conocimos se ha modificado notablemente.
Pensemos en ese tramo que iba de Valladolid (Yucatán) y que cruzaría por Cobá
para llegar a la Riviera Maya, pero cuando se vio la densidad de sitios
arqueológicos se hizo del conocimiento de Fonatur y se optó por mandar el tren
más al norte, sobre una carretera ya existente. Ahí hubo un cambio radical”.