• Suman a pesquisas la categoría de desaparición forzada. La variante dará cariz de imprescriptible al delito perpetrado, señalan funcionarios.
Ciudad
de México
La Fiscalía General de la República (FGR)
integra, como una de sus tres vertientes de trabajo, la perspectiva de
desaparición forzada en cuanto a las nuevas acusaciones contra autoridades y
miembros de Guerreros Unidos involucrados o partícipes en el caso de
los 43 normalistas de Ayotzinapa; de esta manera, el delito cometido será
imprescriptible y no beneficia a quienes pretendan convertirse en testigos
colaboradores, revelaron funcionarios federales.
A seis años de lo sucedido en
Iguala, donde integrantes del cártel Guerreros Unidos y policías de
varios municipios de Guerrero atacaron, privaron de la libertad y
desaparecieron a alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de las
164 personas que fueron detenidas entre 2014 y 2016, más de la mitad
recuperaron su libertad en 2018 y 2019 al ganar un amparo y demostrar que
fueron torturados.
Aunque se han realizado estudios
genéticos a restos óseos localizados en el municipio de Cocula, sólo se han
logrado identificar a tres de ellos como integrantes del grupo de normalistas y
están pendientes labores de búsqueda en puntos de Guerrero donde se presume
podrían haber sido inhumados.
Por ello, indicaron funcionarios,
la oficina del fiscal especial para el caso Iguala, Omar Gómez Trejo, trabaja
en tres vertientes de manera simultánea: la obtención de datos que lleven a
establecer lo que sucedió con los desaparecidos; sancionar penalmente a
funcionarios que hayan incurrido en violaciones al debido proceso, tortura y
delitos contra la administración de la justicia, y actuar judicialmente por
desaparición forzada en contra de servidores públicos federales, estatales o
municipales y miembros de Guerreros Unidos que hayan colaborado en la
privación ilegal de la libertad y posterior desaparición de los estudiantes,
entre ellos José Ángel Casarrubias Salgado, El Mochomo, líder del
grupo delictivo.
Los entrevistados refirieron que
la fiscalía especial ha avanzado en sus tres objetivos: se han obtenido órdenes
de captura, entre ellas para el ex director de la Agencia de Investigación
Criminal (AIC) Tomás Zerón de Lucio (prófugo de la justicia), el ex comandante
Carlos Gómez Arrieta (ya detenido) y recientemente fue aprehendida la agente
del Ministerio Público Federal Blanca N, una de las primeras intervinientes en
la investigación federal por parte de la entonces Procuraduría General de la
República (PGR).
Asimismo, involucrados en los
hechos han aportado información para llevar a cabo acciones de búsqueda, entre
ellos, Eliseo N, quien formó parte de la Coordinadora Regional de Autoridades
Comunitarias (CRAC) de San Luis Acatlán y se encontraba preso en el estado de
Morelos; también del líder de Guerreros Unidos en Iguala, Gildardo N,
aunque esto sólo fue de manera temporal, pero compartió datos que llevaron a la
ubicación de restos en Cocula, concretamente en la barranca La Carnicería,
donde se localizaron fragmentos óseos que dieron positivo para identificar al
estudiante Christian Alfonso Rodríguez Telumbre.
Testigo implica a El Patrón
Las autoridades entrevistadas
advirtieron que en el caso del testigo identificado con la clave Juan, que
corresponde al ex líder de Guerreros Unidos en Iguala, brindó un
testimonio que ha permitido considerar la importancia de identificar a un
personaje que se menciona en las investigaciones como El Patrón.
Sin embargo, también detectaron
que el testigo colaborador trató de engañar a la autoridad y en su testimonio
inculpó a un hombre identificado como El Güero Mugres –preso en 2015
por el caso Iguala pero fue liberado–, como el responsable de dar la orden de
asesinar a los normalistas. De esa manera el testigo con clave Juan, que
en realidad es Gildardo N, pretendió que su nombre ya no apareciera en las investigaciones.
El Güero Mugres era el
encargado del tráfico de droga en los municipios de Tonatico e Ixtapan de la
Sal, estado de México, municipio donde fue asesinado en 2018.