• El cierre de Italia de dos meses y medio, que también paró la producción de moda excepto por la fabricación de cubrebocas, les dio a los diseñadores tiempo para la introspección
CIUDAD DE MÉXICO
La industria de la moda
italiana busca inyectar optimismo a un año sombrío con 23 desfiles en vivo y 37
presentaciones en una Semana de la Moda de Milán híbrida que
pretende emocionar a los consumidores y conectar con la red de compradores.
Fendi,
Dolce&Gabbana y Blumarine dieron
inicio a la semana el miércoles con colecciones primavera-verano principalmente
para damas. En los próximos días les seguirán Max Mara, Salvatore Ferragamo y
Valentino, que dejó su sede habitual en París debido a las preocupaciones de
viaje relacionadas con el coronavirus.
Incondicionales de Milán como
Giorgio Armani, Versace y Prada, que presentará la primera colaboración entre
Miuccia Prada y Raf Simons, optaron por ofrecer shows virtuales.
Respeto lo que las otras marcas decidieron
hacer, pero sentimos
que debíamos hacer una pasarela'', dijo Nicola Brognano, quien
debuta como director creativo de Blumarine.
Quisimos
dar una señal de positivismo.
Necesitamos un poco de normalidad. No creo que haya surgido un medio de expresión
más fuerte que un desfile. Lo tiene todo''.
Algunos de los platos fuertes del
miércoles:
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FENDI DE ADENTRO HACIA FUERA
El cierre de Italia de dos meses
y medio, que también paró la producción de moda excepto por la fabricación de
cubrebocas, les dio a los diseñadores tiempo para la introspección.
La colección mixta de Silvia
Venturini de Fendi para damas y caballeros ofreció la perspectiva de mirar
afuera desde el interior, una vista familiar para muchos desde que el
coronavirus llevó a cambios drásticos de los hábitos.
El salón blanco donde se
presentó, con sofás en forma de S separados por cortinas de lino, tenía
proyectadas ventanas en las paredes que dejaban ver un follaje de sombras. Las
imágenes se transportaron a estampados diáfanos sobre tejidos acogedores,
mientras que las ventanas fueron esbozadas en trozos de tela sobre trajes de
lino.
El lujo de la pasarela es sobre
ser visto en el mundo, y proyectar una imagen. Pero las cuarentenas y el
cambio al trabajo desde casa reenfocaron la visión de los diseñadores. Para
los caballeros, esto implicó estilos más holgados y capas, con gorras tejidas
con el logotipo de Fendi. Un modelo llevó una chaqueta cortada con láser
acompañada de bermudas y rematada con pantuflas, el look perfecto para las reuniones
por Zoom.
Los
diseños para dama fueron más disciplinados y sofisticados: un ceñido gabán con un escote que
iluminaba el rostro, un vestido corto de punto con la espalda escotada
acompañado de una gran visera.
Esta es una temporada para la
ropa consoladora, pero eso no significa únicamente cómoda. Las prendas suelen
ofrecer algo de solaz, como un abrigo bombacho sedoso que envuelve
agradablemente, y un bolso de plumas con las que pueden jugar las manos
inquietas.
Los abrigos son en degradé: nada
es claro, todo es sombras y matices. La paleta de colores fue principalmente de
tonos neutros, blanco y negro, con algunos toques de rojo y rosado. Un bolso
rosa brillante tenía un drapeado de encaje negro, sugiriendo esta ambigüedad de
color.
Durante la muestra se respetó el
distanciamiento social. Cada invitado ocupó el espacio en el que normalmente cabrían
cuatro personas o más. Venturini Fendi, quien da la
bienvenida a Kim Jones al equipo como diseñadores de ropa para dama de la
próxima temporada, se dio una vuelta completa por la pasarela en lugar de
saludar desde la entrada como acostumbra.