• Más allá de definir como delito la venta de documentos patrimoniales, en el país no hay una estrategia contra el saqueo de archivos históricos, lamenta el historiador David Vázquez
Ciudad de México
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el
Archivo General de la Nación (AGN) y otras instituciones de conservación de
archivos mexicanas preparan una estrategia jurídica, que presentarán la próxima
semana, para reclamar documentos presuntamente del patrimonio nacional, informó
Samuel Guzmán, subdirector de Difusión del órgano rector en la conservación de
archivos en México.
En esa fecha se informarán más
detalles de la estrategia en el nivel internacional. La SRE marca el
camino, ya que ni el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ni el
AGN tienen atribuciones diplomáticas, adelantó a La Jornada.
El AGN lidera el Grupo de
Trabajo sobre Tráfico Ilícito del Patrimonio Documental de la Asociación
Latinoamericana de Archivos, en aras de endurecer las medidas y fortalecer
los recursos que tienen los archivos de los estados nacionales para hacer
frente a este tráfico ilícito, mencionó Samuel Guzmán.
Además, la próxima semana se
instaurará un grupo asesor a escala internacional de ese grupo de trabajo, que
contará con especialistas de los países miembros, en torno a la defensa del
patrimonio documental, agregó el vocero.
El tema surgió cuando el AGN
presentó ante la Fiscalía General de la República (FGR) una denuncia penal
contra la casa subastadora Morton y las demás personas que resulten
responsables, por la probable comercialización del Patrimonio Documental de la
Nación.
Carlos Enrique Ruiz Abreu,
director general del AGN, se reservó declarar sobre el tema, pues la
institución que dirige colabora en las diligencias con peritajes sobre las
piezas documentales, refirió el portavoz.
A raíz de los reclamos de
México, la estadunidense Swann Galleries retiró la oferta de un documento
vinculado a Hernán Cortés. Se trata de una iniciativa liderada por la
cancillería a partir de las denuncias que hizo el INAH en torno a este
documento y otros, que desde 2017 han sido puestos a la venta por esta casa
subastadora.
El historiador David Vázquez,
presidente del Comité Mexicano de Ciencias Históricas, reconoció que Carlos
Enrique Ruiz Abreu conoce muy bien el tema, aunque el AGN no tiene la capacidad
operativa para realizar la conservación de todos los archivos en México, pues
sus recursos económicos son insuficientes.
Hay que hacer un esfuerzo
interinstitucional entre sociedad civil, centros de investigación y
universidades para que en un programa piloto se pueda monitorear y evitar el
saqueo del patrimonio, así como “promover las declaratorias de patrimonio
documental, y realizar un programa de difusión permanente para
concientizar a todos.
Sostuvo que “el saqueo de
documentos es un tema que ha estado siempre presente, a veces con mayor peso,
como en este caso. Por ejemplo, en San Luis Potosí hemos visto cómo se han
saqueado iglesias o libros en la catedral. Y esto ocurre en muchas partes del
país. Hay preocupación entre los historiadores desde hace muchos años, incluso
hablaría de décadas.
Vemos con mucha preocupación
esto, porque nos damos cuenta de cómo poco a poco se van saqueando los archivos
históricos y las instituciones no acaban de establecer una estrategia de
protección más allá de definir como delito la venta de documentos.
Archivos comunitarios,
desprotegidos
Vázquez destacó que la
legislación tiene cosas buenas, aunque hay otras que no contempla, como la
creación de los archivos comunitarios. Hay muchas comunidades indígenas,
ejidos o poblaciones que tienen sus documentos, dotaciones de tierra e
historia, y no están resguardados o protegidos. No han tenido asesoría para
permitir que los integren, los protejan o restauren.
Vázquez sostiene que la
protección de documentos es importante dado que estamos en una serie de
disyuntivas. No sólo el nuevo gobierno y la pandemia nos están haciendo que
pongamos atención en algo muy importante para que un Estado se consolide, que
es la cohesión social, en la que destaca la identidad y lenguajes comunes. El
patrimonio documental nos permite construirlos.
Se manifiesta por el
compromiso de las instituciones, maestros e historiadores de demostrar que
los papeles antiguos no son sólo eso: son testimonios del actuar de las
instituciones y de las personas, que tomaron decisiones para mejorar la calidad
de vida de quienes los rodean, y no concebirlos como papeles que pueden ir a la
hoguera o que sin mayor consideración pueden venderse en el mercado negro.
Esos testimonios nos dan
cuenta de una identidad o de un Estado. Esa es la importancia de los documentos
que son ahora patrimonio nacional documental. Perderlo es perder retazos de
historia y la oportunidad de contribuir a la redefinición de la nación,
concluyó David Vázquez.