Con todas las puertas abiertas, el centro se resiste a desaparecer
La Paz, Baja California Sur. Prácticamente todos los comercios del centro de la ciudad de La Paz están abiertos, los que sobrevivieron al menos. Entrevistamos a uno de los más tenaces: don Rodrigo Ramos Gallardo, propietario de la peluquería el zurdo, quien dijo que nunca se va a ir del centro, y sabe que muchos de sus compañeros comerciantes tampoco lo harían.
Resistir es vivir para los comerciantes del primer cuadro de la ciudad, pero luego de más de seis meses de una difícil situación económica, aseverada por una pandemia, las puertas vuelven a abrir de par en par, previa untada de gel antibacterial.
La señora Lupita, que tiene un puesto semifijo de ropa en la calle Francisco I. Madero, casi esquina con Santos Degollado, dijo no saber si el semáforo le permitía operar y que “ya nadie le viene a decir esas cosas”.
Las ventas, dijo, “van mejorando”, con una sonrisa detrás del cubreboca y sudando la gota gorda detrás de su mercancía colgada en ganchos sobre la estructura de aluminio donde sobresalía la playera oficial de Tik Tok. “Sí, se vende mucho”, contestó.
La mayoría de los comercios tienen su tapete antibacerial, su gel para las manos y avisos que indican que no se puede entrar sin cubrebocas, y en el centro no hay excusa para no portarlo. Pues más de un vendedor ambulante ofrece el artículo que se hizo de primera necesidad este año.
En la peluquería de “El Zurdo”, en la calle Belisario Domínguez, la clientela de siempre se reunía bajo protocolos de nueva normalidad. El propietario dijo que su negocio pasó uno de sus momentos más difíciles desde su fundación, que será 65 años atrás el próximo 6 de noviembre, recordó. Meses cerrados por indicación oficial terminaron, y ahora ofrece su servicio de manera especial, con cubrebocas y bajo un estricto proceso de limpieza después de cada servicio.
“Ahí la llevamos”, expresó don Rodrigo, “el año pasado nos cerraron la calle para pavimentar, ahora nos cierran porque la pandemia: no me voy a ir de aquí”, prometió.
El semáforo estatal de riesgos sanitarios se encuentra en “naranja 4”, lo cual impide la operación de ciertos giros comerciales, pero la vida sigue. Dos de cada cinco locales de la “zona dorada” del “Puerto de Ilusión” muestran sus puertas cerradas con algún signo de “se vende”, “se traspasa” o “se renta”, cuando otros de plano muestran los signos de seis meses de abandono. Pero un pequeño y tenaz grupo de comerciantes que conforman la comunidad comercial tradicional del primer cuadro de la ciudad siguen convencidos de que nada los va a detener.