Prestadores de servicios, molestos: Con las playas cerradas la gente se atreve a correr riesgos
La Paz, Baja California Sur.- Las cámaras de los prestadores de servicios locales capturaron el momento cuando un grupo de bañistas a bordo de una embarcación ancló cerca del lugar conocido como “El Faro” o “San Rafaelito” donde subieron a una formación rocosa que es parte de la reserva del Área Natural Protegida de Balandra.
“Repudiamos y denunciamos estas acciones que tomaron estos visitantes los cuales venían en una embarcación particular”, expresaron en la cuenta “Tiburón choyero” manejada por prestadores de servicios turísticos para compartir el acontecer de la vida marina en las inmediaciones de la bahía de La Paz.
El Faro de San Rafelito se encuentra en el área natural protegida de playa Balandra. Es el sitio más próximo a la ciudad en donde es posible ver a los lobos marinos en su hábitat.
De acuerdo con el plan de manejo de la citada área natural Por esta razón, está prohibido desembarcar en el faro de San Rafelito debido a que esta roca es el sitio de descanso de los lobos marinos.
Además de que perturba a estos mamíferos marinos no es seguro, pues existen reportes de encuentros de esta especie con los humanos que les perturban.
Playa Balandra fue cerrada a principios de este año y a diferencia de otras playas, no ha sido reabierta desde que se limitó el acceso a los balnearios de La Paz debido a que la emblemática playa y el área natural que le circunda son manejadas por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas.
Las autoridades federales encargadas de administrar este espacio han dicho que se establece una vigilancia continua en el lugar, pero este no es el primer incidente de visitantes que perturban la zona.
Días antes bañistas a bordo de otra embarcación se tomaron fotos en “El Hongo”, la formación rocosa de la representativa playa exhibiendo su captura: un pez perico, especie protegida por su valor ecológico.
Con el cierre de playas instruido por las autoridades municipales de La Paz, que deja sin la actividad de esparcimiento por excelencia de todos los paceños, los que pueden, suben a embarcaciones o atraviesan brechas para llegar a playas más alejadas, fuera del alcance de la vigilancia de las autoridades.
Esta práctica está llevando a las personas a incurrir en conductas riesgosas, que pueden afectar no solo al entorno y la vida silvestre, sino su integridad misma.