• Messi se quiere ir
Ciudad de México
La Liga Mx decidió apurar el trago amargo que
significa el torneo Guardianes 2020. Es decir, se juega por que se juega; la
consigna es que no haya retrasos en el calendario, con o sin jugadores
afectados por el Covid. Es el certamen de la televisión con juegos poco
prometedores, a ello hay que sumarle un bombardeo de publicidad carente de
estética y que por momentos invade de forma agresiva la pantalla entera.
La meta es hacer el espacio
necesario hacia finales del año, pues se calcula con optimismo que el fantasma
de la pandemia para entonces haya pasado en Norteamérica y así poder reactivar
al Tri. A los federativos les urge saldar cuentas con la empresa Soccer United
Marketing (SUM), que a lo largo del año obliga a la selección a jugar cinco
partidos en Estados Unidos, pero como bien se sabe, a causa del virus hay un
rezago.
Debido a ese apremio ocurren
situaciones que de tan increíbles rondan lo cómico. Tigres, el equipo que tiene
casi una década luciendo como una plantilla vasta y todopoderosa, siempre con
dos equipos de primera línea disponibles para cada juego –uno en el campo y
otro en la banca–- ha sufrido un inverosímil tropiezo después de que el portero
Nahuel Guzmán dio positivo al coronavirus.
El suplente Miguel Ortega y el
tercero, Alan Flores, también se contagiaron. Y Arturo Delgado, de la Sub-20,
está lesionado. El equipo contrató de emergencia a Carlos Galindo, al que había
despedido en junio y que debutó ayer con derrota ante Toluca. Para la anécdota
quedaron los afanes en entrenamientos previos de Guido Pizarro, Julián Quiñones
y hasta André Pierre Gignac queriendo mostrar sus dotes bajo los tres palos.
Así de forzado se tiene que
ver Ricardo Ferretti para mandar al ruedo a un joven mexicano… Y si eso le pasa
al millonario equipo de la UANL ¿qué situaciones tendrán que sortear otros
conjuntos en estos tiempos calamitosos? Al menos los Tigres ya decidieron que
en sus próximos viajes rentarán una habitación para cada jugador, nada de
exponerse a contagios masivos.
Yo fui quien lo cesó, yo fui
quien tomó la decisión de quitarlo fanfarroneó el directivo Ricardo Peláez
ante el plantel rojiblanco, que por conducto de su capitán Jesús Molina se
inconformó por el despido de Luis Fernando Tena. Se sabía de la animadversión
de Peláez hacia Tena, pero el circo tiene que continuar y con más fortuna que
buen juego el equipo sumó dos triunfos con Michel Leaño y Víctor Vucetich.
Cruz Azul, en medio de la
transición que atraviesa su cúpula, sufrió un traspié a media semana al caer
ante los Gallos Blancos, pero retomó la buena senda frente a los Bravos, las
expectativas son óptimas y su juego ilusiona. Donde la inversión no ha estado a
la altura es en el equipo femenil, rezagado respecto de los otros considerados
grandes, pues América, Pumas y Chivas ya han sido campeones.
Los reflectores del mundo
futbolístico viraron hacia Portugal, donde el Bayern Munich dejó convulso y en
calidad de guiñapo al Barcelona con todo y su crack Lionel Messi, lo
que remarcó la crisis puesta en evidencia desde que el Real Madrid se apropió
del título de liga, a pesar de que los blaugranas, tras la reanudación después
de la pandemia, llevaban 10 puntos de ventaja, mismos que se hicieron humo.
Trascendidos informan que Leo
quiere salir inmediatamente del conjunto catalán, harto de la
administración y falta de planeación –habría dicho–en la gestión de Josep Maria
Bartomeu. Al argentino le queda un año de contrato y su cláusula de rescisión
es por 700 millones de euros. Este lunes habrá una junta extraordinaria que
promete fuertes decisiones y el cese de Quique Setién.
En el escenario del máximo
torneo de clubes quedan representantes de dos ligas por lo general vistas
detrás de la inglesa y española, pero que hoy han tomado el mando. Los galos,
con los equipos Lyon y Paris Saint Germain, y los alemanes, con Leipzig y los
bávaros, están colgados en los cuernos de la luna, además, con un tridente de
estrategas teutones.
En la Europa League también el
futbol mexicano se quedó sin representantes después que el Sevilla echó al
Wolverhampton con Raúl Jiménez fallando un penal. Los dirigidos por Julen
Lopetegui van por su sexto cetro luego de echar al Manchester United, si es que
el Shakthar o Inter de Milán no dicen otra cosa. Espera otra semana colosal en
Colonia y Lisboa.