• Las lenguas originarias tienen que incorporarse como parte del desarrollo humano, no solo de los indígenas, sino de toda la sociedad, dijo Juan Gregorio Regino, poeta mazateco y titular del Inali
Ciudad de México
En el marco de la Feria de las Lenguas
Indígenas Nacionales 2020, se llevó a cabo la mesa de diálogo virtual La
Declaración de Los Pinos-Plan de acción de México hacia El decenio de las
lenguas indígenas. Ésta iniciativa que surgió del Año Internacional de los
Pueblos Indígenas, celebrado en 2019, se anunció en el cierre de su conmemoración
en febrero pasado, y contempla el periodo 2022-2032.
El conversatorio estuvo encabezado por Juan
Gregorio Regino, titular del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali),
quien expresó que La Declaración de Los Pinos refleja las inquietudes,
reflexiones y los sueños que los compañeros, académicos e intelectuales
indígenas han expresado en diferentes foros. La preocupación ha estado centrado
en el modelo de desarrollo, ya que el documento es una herramienta en este
proceso.
Para el poeta mazateco “nos ayuda a mirar y
redefinir este concepto de sociedad moderna, a imaginarnos. De saber cuál es el
papel de los pueblos indígenas, y sus culturas, en un contexto cambiante y
dinámico. Se trata de un cambio de paradigma, una revolución que tiene que
ocurrir en el mundo para que las lenguas indígenas comienzan este renacer desde
su mundo”.
Desde la perspectiva local, las lenguas
originarias tienen que incorporarse como parte del desarrollo humano, no solo
de los indígenas, sino de toda la sociedad, dijo Regino. El funcionario precisó
que no sólo es compromiso del Estado el salvaguarda de las lenguas, sino
también de sus hablantes y sus comunidades. “Nos plantea un reto de construir
una agenda, aunque también como Estado mexicano un plan de acción que no sólo
piense en las lenguas indígenas de manera segregada, sino como un patrimonio de
todos los mexicanos”.
Pablo Raphael de la Madrid, director general
de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Cultura federal, señaló que
viene “un calendario que buscará generar por etapas lo que va a pasar durante
la década de las lenguas”: 2020 a 2021 será una etapa de transición; 2022 a
2025, periodo de ampliación; 2025 a 2027, habrá un examen a mitad de periodo o
corte de caja; 2027 a 2030, se hará un posicionamiento estratégico que permita
seguir en la agenda la toma de decisiones y evaluarlas, mientras que durante
2031 y 2032, las lenguas incorporarán un nuevo marco para el desarrollo
sostenible para la agenda 2020/2030”.
El funcionario coincidió con lo expresado por
el escritor zapoteco Víctor Cata en el sentido de que la declaración no sea “un
documento bonito”, sino “una brújula que nos permita navegar en la próxima
década”.
En la sesión, coordinada por Almadina
Cárdenas, también participaron Cecilio Morales Vázquez, hablante de idioma
totonaco, quien dijo que ahora hay que hacer difusión del documento entre las
comunidades; Aracely Torres, oriunda de la Mixteca y asistente de programas en
la oficina de la Unesco en México; Gabriela Velázquez, coordinadora del área de
información de la oficina de la Unesco en México, y Saul Vicente, director de
asuntos Internacionales del Instituto Nacional de pueblos Indígenas.