Se ha removido un 30% del material, el avance de la obra seguirá con al menos 12 detonaciones y con 60 elementos trabajando con “sana distancia”
La Paz, Baja California Sur.- Será en diciembre de 2020 cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) entregue la ampliación de la carretera La Paz-Pichilingue en Baja California Sur (BCS).
Esto confirmó el director del Centro SCT en BCS, Julio César Medellín Yee, quien informó que se podrá circular a 90 kilómetros por hora, apenas con avance del 55 por ciento.
Dijo que por motivos de la pandemia del COVID-19, esta obra de 120 millones de pesos, con un tramo de 6.3 kilómetros, expandido de 7 a 12 metros de ancho.
La zona tiene un tráfico promedio diario anual, de 3 mil 693 vehículos; el avance representa un tramo de 3.25 kilómetros.
Los trabajos del kilómetro 9+000 al 16+840, se realizan por la empresa Terracerías Pavimentos y Caminos SA de CV, autorizada para manejo de explosivos por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), señalaron autoridades.
Mientras que los trabajos de mitigación correspondientes a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), son operados por Logística Ambiental en Supervisión en Obra y Operación, SC.
En total la obra se compone por más de 200 personas, aproximadamente, quienes son sometidos a medidas sanitarias por la pandemia del COVID-19.
Se garantiza a los trabajadores el lavado de manos, pláticas 3 veces por semana y la supervisión de un especialista, informó el ingeniero Rodrigo Romero, superintendente de la constructora.
Además informó que existen 45 máquinas pesadas en operación en movimiento de material y 15 equipos “en espera”, que serán utilizados para la pavimentación del tramo.
Se recomienda a la población moderar su velocidad a menos de 40 kilómetros por hora, respetar los señalamientos de protección y a los bandereros, intercomunicados por radios.
“Trabajamos con explosivos, cerramos por seguridad aproximadamente 2 kilómetros del radio, no se abre el paso hasta que estemos seguros de que se hizo una revisión de que no tendremos desprendimiento que represente peligro”, dijo el director del Centro SCT.
“En temporada de lluvias hay remojo del material podemos tener desprendimiento, lo van a ver activo, hay recorridos permanentes por gente de la empresa, estar pendiente”, señaló.
La geometría de la carretera tipo “A2”, permitirá curvas más suaves durante velocidades mayores, sin riesgos de volcadura para transporte de carga, en caso de respetar el límite.
“Si se respeta no debemos tener accidentes por volcaduras ni situaciones de esas la geometría dará para una carretera 100 por ciento segura y reducción de tiempo de La Paz a Pichilingue”, dijo el delegado.
“90 kilómetros por hora, más restricción en curva, pero no de 40 km, creo que la máxima es de 80 km por hora, son curvas suaves”, dijo además.
Jorge Muñoz Ferrera, residente federal de carreteras Centro SCT, dijo que desde octubre de 2019 inició la obra y se han removido 150 mil metros cúbicos de material.
“Falta por mover un 70 por ciento del material, en la zona de los cortes el material se extrae con uso de explosivos y se desperdicia en un banco que está utilizando”, explicó.
Esta construcción fue una “complejidad” en su MIA, que no fue autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) por su cercanía al Área Natural Protegida (ANP) de manglares.
“Se tuvo que modificar no solo por seguridad del usuario con curvas suaves, que pueda desarrollar más velocidad, visibilidad, sino para alejar el proyecto de zonas invasivas”, explicó.
“Además casi media hectárea tenemos que restaurar, a pesar que no tengamos ninguna afectación al manglar, fue el programa autorizado por Semarnat”, dijo el encargado.
Expuso que los explosivos utilizados en el lugar son trasladados desde Hermosillo, Sonora, y por su restricción de almacenamiento deben usarse “el mismo día que llegan”.
“Ese mismo día se debe usar, no se puede guardar el material explosivo, es la complejidad del proyecto, a pesar que estamos conectados por ferry, no se permite”, dijo el residente.
“Hay un manejo en cada barco, tienen un protocolo que seguir, todo supervisado por Sedena. Una vez teniendo la operación, la coordinación se toma la decisión qué día se hace el uso de explosivo y se avisa al público en general”, expuso.
No se puede tener al usuario “al mismo tiempo de la detonación”, por lo que se considera que estas explosiones controladas se cerrarán por protocolo y no afectará a las carreteras.