• Los personajes que sean señalados por actos de corrupción deberán comparecer ante la FGR, aun se trate del ex presidente Enrique Peña Nieto
Ciudad de México. El presidente de la República, Andrés
Manuel López Obrador, reiteró que no intervendrá en el proceso judicial
levantado contra Emilio Lozoya porque los personajes que fuesen señalados por
haber cometido actos de corrupción deberán comparecer ante la Fiscalía General
de la República (FGR), aun se trate del ex presidente Enrique Peña Nieto.
Al concluir su rueda de prensa matutina en la
ciudad de Oaxaca, recordó que a lo largo de su vida política como opositor
“presenté denuncias contra (Carlos) Salinas, contra (Ernesto) Zedillo, contra (Vicente)
Fox, contra (Felipe) Calderón, contra (Enrique) Peña Nieto, denuncias formales
por la entrega de los bienes de la nación a particulares”.
En su exposición ante los reporteros que
cubren su gira, y un grupo de informadores locales, dedicó más de una hora a la
corrupción que se engranó en torno a la reforma energética, e ironizó con una
frase: esta historia continuará.
“Yo creo que todos los involucrados, si así
lo decide la fiscalía, todos tienen que comparecer, aquí son dos sexenios
cuando menos, porque no sólo es el caso de la reforma energética, es lo de
Odebrecht, y eso viene del sexenio de Felipe Calderón. Son procesos que se
complementan. Ya conocen mi postura en el caso de los ex presidentes, desde que
tomé posesión, dije que sólo si el pueblo lo demandada, lo decidía a través de
una consulta, pero yo no puedo detener un proceso judicial, eso corresponde a
la fiscalía.
“Lo que no vamos a hacer es fabricar delitos
a nadie, no es mi fuerte la venganza, no podemos actuar con impunidad o ser
tapadera y yo lo que sostengo me importa mucho, más que por la cuestión
jurídica por las acusaciones penales, lo que importa más es que se limpie al
país de corrupción, que quede desterrada la corrupción por abominable, que
todos los mexicanos rechacemos la corrupción, que se estigmatice la corrupción
y al corrupto”.
El Presidente reclamó -dio tres golpes en el
atril- que antes se llamaba ladrón al que robaba una gallina, al que robaba la
ropa que quedaba tendida, “y los grandes ladrones ni siquiera perdían su respetabilidad,
cuantas veces hablamos de las máximas de que si no transas no avanzas, político
pobre, pobre político. La moral es un árbol que da moras, eso era al grado que
se llegó a decir de los más altos del poder, que la corrupción era parte de la
vida de México, lo piensan, pero no lo dicen”.