• Futuros candidatos del PRI condenados al fracaso si mantienen a su negligente e incapaz dirigente estatal Gabriela Cisneros • Aspirantes a candidatos tendrán que hacer alianzas hasta con el PAN sin poder establecer condiciones • El diputado federal Isaías González, líder nacional de la CROC, aspirante a la gubernatura, lejos de representar los intereses de BCS
En las últimas semanas y a
pesar de la actual pandemia, se ha intensificado la presencia de los diversos
partidos y de algunos de sus militantes que buscan figurar para participar en
el próximo proceso electoral del 2021, incluso algunos aspirantes a las
candidaturas independientes ya hacen su tarea de difundir sus actividades, sin
embargo, el PRI es de los organismos políticos más ausentes y que por supuesto,
también buscará obtener algo en las próximas elecciones.
Además de la posibilidad de
que el tricolor haga alianza con Acción Nacional al que poco tendrían que
aportarle, lo cierto es que su todavía dirigente Gabriela Cisneros se encuentra
más perdida que una aguja en un pajar.
Es sumamente lamentable para
la clase política y sobre todo para la militancia de este partido que durante
los últimos dos años luego de la estrepitosa derrota que sufrió el PRI en las
elecciones del 2018, hasta ahora, se encuentran sumidos en una pesadez muy
lamentable.
Desgraciadamente para Gabriela
Cisneros, solo parece estar en la posición que ocupa para recibir una módica
cantidad como salario, aunque en lo político ha demostrado una y otra vez su
evidente negligencia e incapacidad.
Lastimosa y penosa para
muchos, pero al final de cuentas su padrino el diputado federal y dirigente
nacional de la CROC Isaías González Cuevas ha logrado mantenerla en esa
posición para cuidar sus aspiraciones a la gubernatura del estado.
Nadie olvida que Isaías
González ha dicho una y otra vez que aspira a ser el candidato del tricolor a
al gobierno estatal a pesar de su escasa presencia en la entidad pues no se le
ha vuelto a ver ni a saber de sus actividades literalmente desde que tomó
protesta como diputado federal.
Para quienes aspiran a ser
abanderados de este partido en las próximas elecciones tendrán que sufrir esta
característica de un PRI abandonado y perdido en una cancha electoral en la que
definitivamente no está en condiciones de competir.
Uno de los que parece que
estará dispuesto a ser candidato a la alcaldía de La Paz, por ejemplo, es
Ricardo Barroso que además de conocer ya en varias ocasiones la derrota
electoral, tendrá que sacar de entre las cenizas a su partido que alguna vez
presidió, donde por supuesto no es bien visto por la propia Gabriela Cisneros.
Hasta los partidos llamados
chicos como el PRS, el Humanista y BCS Coherente pueden hacer un papel más
digno que el PRI si este mantiene a su actual dirigente en un proceso político
electoral donde seguramente prevalecerán las alianzas formales y de facto.
Si existe una alianza con
Acción Nacional y el tricolor, seguramente será muy poco lo que ese pacto le
proporcione.
Pero será más lo que a través
de esa coalición podría lograr el PRI.
El tricolor como partido
solitario, difícilmente podrá alcanzar posiciones importantes que estarán en
juego en la contienda del 2021.
Por supuesto que aún existe
algún voto duro que podría ser sumado a una alianza electoral en donde es
evidente que el tricolor no tendrá capacidad para poner condiciones.
Quizás las circunstancias le
favorezcan al tricolor solo porque serán necesarias las alianzas si se pretende
derrotar a un partido como Morena que ya desde ahora recibe abiertamente el
apoyo e impulso del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La lucha será muy desigual
contra el partido que gobierna a nivel federal, por lo que los pactos
electorales prácticamente serán indispensables en todo el país y es ahí donde
tal vez el Revolucionario Institucional logre obtener un pequeño tanque de
oxígeno para mantenerse vigente en el 2021.
Veremos hasta dónde aguantan
sus aún fieles militantes y hasta dónde los aspirantes a las diversas
candidaturas de ese partido están dispuestos a rescatar a un barco político que
ya se encuentra más que a la deriva. Literalmente hundido.
Como sabemos, en política
puede registrarse lo menos esperado.
Ya veremos qué sucede.