• Celebración de victoria de Morena reactiva pretensiones electorales de actores políticos. • Además de la lucha interna morenista se especula sobre alianzas del PAN con PRI, PRD, MC y partidos locales • Faltan seis meses para el inicio formal del proceso electoral y para muchos pretensos ese tiempo es tan solo un suspiro.
Se han cumplido dos años de la victoria electoral de Morena con lo que inició la gestión de la actual administración federal misma que hasta ahora, no ha respondido cabalmente con las promesas realizadas en campaña lo que genera un desgaste que se incrementa cada día al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Obviamente a pesar de ese deterioro presidencial está claro que aún es grande el número de ciudadanos que simpatiza con su labor y que seguramente buscará defender sus propuestas para el proceso electoral intermedio de junio del año que entra.
El problema para Morena, es que no contarán en la boleta electoral la figura del mandatario López Obrador por lo que tendrán que buscar propuestas realmente populares y con una trayectoria que pueda ser avalada con su voto por una ciudadanía cada día más quisquillosa y desconfiada, sobre todo a raíz del pésimo manejo de la actual crisis sanitaria y económica.
Esto sumado a una lucha interna entre los morenistas que tendrá que ser saldada con el suficiente tiempo para poder consolidar y legitimar ante la población a quienes resulten candidatos.
En Baja California Sur, por ejemplo, la figura que hasta ahora han señalado a propios y extraños que desea figurar en el proceso electoral sucesorio del 2021, es el delegado de Bienestar Víctor Castro Cosío que primero tendrá que buscar la manera de quedarse con la dirigencia del partido que hasta ahora ha mantenido pésimamente Alberto Rentería Santana quien literalmente no ha hecho nada por mejorar la imagen de este organismo político.
Desde luego que Castro Cosío tendrá que enfrentar a otras propuestas y fuerzas políticas que ya se mueven al interior del morenismo sudcaliforniano, además de lidiar más temprano que tarde con los buenos números que hasta ahora han registrado en diversas encuestas las acciones de un gobierno estatal emanado del PAN.
Hasta ahora el blanquiazul que preside Carlos Rochín, no presenta mayores confrontaciones o divisiones internas con miras a los potenciales abanderados para las alcaldías, diputaciones locales y federales y no se diga por la gubernatura.
Es evidente que las fuerzas políticas con mayor presencia en la entidad son el PAN y Morena y que ambas buscarán aliados en los diversos partidos políticos de menor tamaño, con la idea de llegar
bien compactados a un proceso electoral en el que se renovarán todos los puestos de elección popular con excepción de las senadurías que estarán vigentes hasta el año 2024.
De ahí que se mencionen ya a estas alturas la posibilidad de alianzas entre el PAN, PRI, PRD y hasta el MC, mientras que con Morena está claro que irán aliados con el PT y el Partido Verde.
Habrá que analizar en su momento hacia donde se harán los partidos de representación local, como el PRS, Bcs Coherente e incluso el PES y el Partido Humanista.
A dos años del triunfo de Morena, que por supuesto dará una férrea lucha electoral para mantener el poder que ahora ostenta, tendrá que trabajar muy arduamente en evitar las rupturas internas y hacer una distribución adecuada de las candidaturas para lograr una propuesta suficientemente competitiva y confiable para la población.
Por supuesto que para ello se tomarán en cuenta figuras políticas que en el Congreso del Estado ya despuntan y que seguramente buscarán además de la nueva dirigencia morenista estatal, varias de las candidaturas que estarán en juego.
Por su parte en Acción Nacional está obligado a aprovechar de los buenos números locales que han reflejado las autoridades estatales y capitalizar electoralmente las fallas, omisiones y evidentes errores de la administración de AMLO que literalmente todos los días le abona a la decepción y al desencanto presidencial.
Está claro que la contienda ya arrancó, aunque formalmente hasta diciembre se inicia el proceso electoral, por supuesto por encima de la actual pandemia y el confinamiento social que amenaza con cancelar mucha de la movilidad reactivada apenas hace 15 días.
Por supuesto que lo primero es preservar la salud de la población y la reactivación económica antes que cualquier interés de orden político, pero a raíz de la celebración del segundo aniversario de la victoria electoral de Morena, los diversos actores políticos no han podido evitar el replantear sus pretensiones y empezar a mover sus piezas.
Faltan seis meses para el inicio formal del proceso electoral y para muchos pretensos ese tiempo es tan solo un suspiro.
¿No le parece así amable lector?