No vas a creer la respuesta: es el patriarcado
La Paz, Baja California Sur.- Diario El Independiente entrevistó a dos especialistas en psicología, sobre cómo es que se dan conductas como las que llevaron a las autoridades de la capital del estado a cerrar las playas a esos días de declarar su reapertura. La respuesta, quizá apunte hacia la mente humana.
Jessica Cota, presidenta del Colegio de Psicólogos en Baja California Sur (BCS) consideró que la medida de limitar la movilidad puede desencadenar conductas de riesgo, que en este caso son precisamente las que provocaron que la gente saliera a La Playas.
En la población hay que trabajar la conducta impulsiva y hasta compulsiva que pude haber de manera general “lo vimos con la apertura de playas, que se tuvieron que abrir y ¿qué pasó”.
“La gente estaba ávida, de salir de sus casas de entrar en conductas de riesgo, de riesgo por dejar por un lado todos los protocolos por el simple hecho de disfrutar lo que no habían podido hacer durante meses”, narró.
“No es una necesidad, pero para esas personas a lo mejor lo ven como una necesidad por sentirse encerrado, confinado”, lo cual puede provocar la evidencia de conductas compulsivas e impulsivas entre la comunidad.
La conducta impulsiva, explicó, “es la que se hace sin pensar: lo hago porque lo quiero hacer y no pienso en las consecuencias, sin medir los riesgos, sin pensar, luego se ven las consecuencias”.
Por ejemplo: sí, ir a la playa cuando hay gente que ni le gusta ir, dijo la psicóloga al recordar la escena del Tecolote abarrotado a una semana de su apertura.
Los actos compulsivos, en cambio, son los que se realizan de manera repetida porque, sino se hacen se piensa que puede caerse en un riesgo. “Son actos que se repiten cada que un pensamiento te llega” dijo al ejemplificar que el exceso de higiene (cuando lleva a la exageración), la necesidad de salir para no perderse la oportunidad, etc.
Para adentrarnos a este tema de la psicología social buscamos a Pablo Chiw, un psicólogo por la Universidad Autónoma de la Laguna con especialidad en psicología clínica por la Universidad Diego Portales de Chile.
Las catástrofes no le son ajenas Pablo, fue parte del escuadrón de auxilios psicológicos enviado por la Federación de Estudiantes de Chile a las ciudades de Parral y Retiro, devastadas por el terremoto de 8.8 grados que azotó a la nación chilena en el 2010.
Para él, es importante tomar en cuenta la información desde la cual se generan esos impulsos pues a veces es sumamente contradictoria.
“Por ejemplo; ‘Ya no le haga caso a Hugo López Gattel…’ como dijo Javier Alatorre a nivel nacional, en un intento por minar la credibilidad del subsecretario de salud y en consecuencia del Gobierno Federal”, relató como ejemplo de esa contradicción.
“El acto, fue un atentado en contra de la salud pública por parte de la televisora, el daño se hizo, la población ahora tiene información contradictoria generada por una empresa que tiene su grado de influencia como Tv Azteca, cada ciudadano tendrá que discernir lo falso de lo veraz”.
Explicó que las fuentes veraces no siempre están a disposición de todas las personas y cuando lo están, no siempre son valoradas como tales, principalmente por el fenómeno de la polarización social.
Chiw, quien ha cursado dos maestrías; una en Liderazgo Educativo, otra en Ciencias Sociales, es importante recordar que el Foro Económico Mundial ha reportado que la polarización social, es una amenaza para las democracias del mundo, advertencia que más cobra su sentido cuando vemos la difusión intensa e ininterrumpida de noticias falsas.
Para luchar contra la mala información propuso “originar información desde instituciones ajenas al interés partidista o ideológico y que tenga plena legitimidad social; las universidades públicas, centros de investigación, instituciones de salud, por ejemplo”.
“Qué tal regular y castigar inmediatamente tanto a las plataformas como a los actores políticos que crean, difunden y se benefician la libertad de expresión reproduciendo noticias falsas” opuso casi en contraste con la medida estatal de castigar al que pone en riesgo de contagio.
Actualmente, nuestro especialista cursa un doctorado donde investiga al patriarcado como productor de discursos, y consideró que el desacato de las medidas de prevención también tiene que ver con nuestros códigos masculinos.
“La masculinidad mandata a los varones ser indiferentes ante el peligro, por ejemplo, recuerda como Jair Bolsonaro dijo que usar mascarillas es cosa de gays” ejemplificó.
De igual manera el autocuidado, dijo, “es visto como ‘cosa de mujeres’” un punto que consideró el más peligroso para la sociedad de Baja California Sur.
“Como se disminuye el prestigio entre varones y en la sociedad patriarcal más vale muerto que afeminado. Los hombres no saben cuidar y mucho menos cuidarse” sentenció.
“Por ello esperar que los hombres usen cubrebocas, se laven las manos, respeten la distancia social y se queden en casa es pedirles que sean desobedientes a los códigos de la masculinidad” expresó.
“La masculinidad es tan frágil que se pone en riesgo cada vez que se lavan las manos”, dijo usando una fórmula conocida entre feministas.
Para el especialista en intervención en crisis, si queremos promover el autocuidado se deben diseñar campañas que lleguen efectivamente a la ciudadanía, con información articulada a partir de un discurso capaz de confrontar y replantear lo que llamó: “los ideales del machito mexicano y sus respectivas representaciones del poder, el respeto y la jerarquía”.
“Hoy en día en que tantas cosas cambian afuera, podemos darnos el permiso de cambiar lo que hay adentro, principalmente aquello que traiciona lo más valioso de nuestro ser, otra vez, en la crisis la vida tiene más poder”.