• "Lo dije tiempo atrás que si seguíamos de esta manera iba a ser muy difícil ganar la Champions, quedó demostrado que ni para ganar la Liga", afirmó.
Madrid. Una humillante derrota contra Osasuna 2-1 que ayudó
a dar el título liguero al Real Madrid el jueves, llevó al capitán del
Barcelona, Leo Messi, a dar la alarma sobre la evolución del equipo y pedir
autocrítica.
"Lo dije tiempo atrás que si seguíamos
de esta manera iba a ser muy difícil ganar la Champions, quedó
demostrado que ni para ganar la Liga", afirmó Messi a la televisión Movistar+ tras
la derrota en el Camp Nou frente al Osasuna.
"No esperábamos y no queríamos
terminarla de esta manera (LaLiga), pero marca un poco como fue todo el año, un
equipo muy irregular, muy débil, que le ganan por intensidad, por ganas, que
nos crean muy fácil y nos hacen gol", explicó un cariacontecido Messi.
Frente a la solidez del Real Madrid con 10
victorias en 10 partidos tras la reanudación de LaLiga el 11 de junio después
de la pandemia, el equipo azulgrana sólo pudo lograr seis, perdiendo de paso el
liderato con el que había empezado a la vuelta del campeonato.
Quiero y no puedo
La victoria del Osasuna en el feudo azulgrana
y con uno menos por una expulsión, fue la puntilla para la moral de los
azulgrana.
"El día que se perdió LaLiga fue la viva
imagen de lo que ha sido todo el campeonato. Un Barça que ya no marca
diferencias con su estilo de juego, entre otras cosas porque ni el entrenador
ni los jugadores saben exactamente a qué juegan ni con qué estilo deben
hacerlo", afirma este viernes el columnista Joan Maria Batlle en el diario
catalán Sport.
"La sensación del equipo es que intenta
y no puede, que deja mucho que desear en muchos partidos", remachaba Messi
el jueves.
El argentino, máximo goleador de LaLiga con
23 goles que aspira a su séptimo pichichi, también ve cómo el delantero del
Real Madrid, Karim Benzema le pisa los talones con 21 tantos con todavía una
jornada por jugar.
"Hay que hacer una autocrítica, empezando
por nosotros, los jugadores, pero hacer una autocrítica global porque está bien
que el Madrid gane todos los partidos y tenga su mérito pero nosotros somos el
Barcelona y estamos obligados a ganar todos los partidos sea cual sea",
afirmó, en lo que parecía un dardo hacia la dirección y el cuerpo técnico.
El técnico Quique Setién había llegado al
Barça en enero, en sustitución de Ernesto Valverde, como revulsivo con la
aureola de entrenador amante del juego de toque tan del agrado del aficionado
azulgrana.
Pero, el resultado ha sido un equipo que la
mayoría de las veces se perdía en un rondo infinito buscando a Messi y
desgastar al rival.
'Cambiar muchísimo'
"Espero estar ante el Nápoles (en la
vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones en agosto), pero no lo
sé", dijo el técnico barcelonista.
"La voluntad es de acabar los contratos
y Setién lo tiene", lo defendía recientemente el presidente azulgrana,
Josep Maria Bartomeu.
"O reafirma a Setién contra el criterio
de los jugadores o busca un relevo de cara a la Champions,
que a día de hoy es el clavo ardiendo al que se aferra desesperado",
escribió este viernes el diario As.
Pero Messi ya ha avisado que "si
queremos pelear por la Champions vamos a tener que cambiar muchísimo
porque si no, el partido del Nápoles lo vamos a perder también".
"Cuando Messi habla, suele subir el
pan", escribió el redactor jefe de Mundo Deportivo, Sergi Solé, pero también se le
escucha y probablemente más ahora cuando todavía no se han despejado las dudas
sobre su renovación, después que la Cadena Ser afirmara hace unas semanas que había
paralizado las conversaciones con el club.
Preguntado sobre el asunto, Messi, que acaba
contrato el próximo año, evitó contestar el jueves, mientras Bartomeu intentaba
en los últimos días mostrarse tranquilizador.
"A Leo lo veo retirándose en el Barça
con otro presidente (Bartomeu acaba mandato en 2021) porque seguirá más
tiempo", afirmaba Bartomeu el 7 de julio.