• Carlos Martín Beristain, parte del GIEI que investigó el tema de los 43 jóvenes, afirmó que cuando la gente que sabe algo sobre los hechos deje de tener miedo a hablar se sabrá qué pasó en Iguala
CIUDAD DE MÉXICO.
Funcionarios del pasado gobierno mexicano mintieron y obstaculizaron las
investigaciones para poder llegar a la verdad sobre la desaparición de los 43
normalistas de Ayotzinapa, afirmó Carlos Martín Beristain, integrante del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), quien participó en las
investigaciones del hecho ocurrido hace casi seis años.
El investigador en violaciones
a los derechos humanos sostuvo que la verdad sobre la desaparición de
estudiantes —ocurrida entre el 26 y 27 de septiembre de 2014— se podrá conocer
cuando la gente que sabe algo que tiene que ver con el caso o con la
obstaculización del caso supere el miedo a hablar.
Entre entrevista, para
conocer su opinión sobre los más recientes acontecimientos en torno al caso en
el que él trabajó como parte del equipo de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), la identificación de uno de los restos de un
normalista y la difusión de un interrogatorio al margen de la ley de un
presunto implicado en la desaparición de los estudiantes, Beristain afirmó que
la desaparecida PGR no procesó restos encontrados en la Barranca de la
Carnicería.
En opinión de Beristain, lo
que empieza a salir a la luz en este caso deja ver que “algunas de las cosas
que se investigaron anteriormente se están confirmando, una de ellas, sobre el
destino de los jóvenes; aunque hay muchas cosas que todavía no se saben sobre dónde
están los jóvenes, su destino final”.
Dijo que como GIEI “ya
señalábamos que el destino del basurero y esa enorme pira infernal que se había
hecho, donde supuestamente habían sido asesinados y quemados los jóvenes, pues
eso no había pasado y que debía haber otros elementos de búsqueda, porque todo
mostraba, tanto el peritaje del fuego como las contradicciones de las
declaraciones y los dos peritajes, el que hizo el equipo argentino y el del
GIEI, que ese escenario era inverosímil”.
De acuerdo con el especialista,
la identificación de un resto óseo como la de uno de los 43 normalitas en la
Barranca de la Carnicería confirma que se trata de “otra historia; no solamente
es otro lugar en términos de distancia, sino en términos que la historia es
otra, y es lo que se necesita esclarecer.
“Lo que nosotros también
vimos en su momento, cuando hicimos una visita a la PGR, estando todavía el
GIEI, fue que había restos de ese lugar llamado la Carnicería, que no habían
sido ni siquiera procesados; le dijimos a la PGR ‘¿cómo es posible que esos
restos estén aquí?’ Y nos dijeron que esos restos estaban en otra averiguación
previa, en otra investigación, que no estaba en la investigación de
Ayotzinapa”, dijo Beristaín.
Informó que esa
fragmentación en la investigación, donde se abrían averiguaciones previas de
forman separada, lo único que provocaron fue mecanismos de impunidad, porque
evitaban que pruebas que estaban en una investigación se pudieran colegir con
otras y así formar una sola línea.
A pregunta expresa sobre si
el GIEI le había mencionado a la PGR su hipótesis sobre los lugares distintos a
los habría sido llevados los normalistas, Beristain dijo que sí.
“Nosotros señalamos que al
menos había sido llevados en dos grupos, lo sabíamos por la investigación, por
el análisis y los testimonio; no sabíamos exactamente a dónde, pero que sí
habían sido separados y que esta visión de que los había juntado a todos, pues
no era cierta. Los elementos, los testimonios que teníamos, la telefonía, las
declaraciones de los choferes, la movilización de policías de Huitzuco, nos
indicaban que eso no era posible y eso se lo señalamos a la PGR”.
De acuerdo a la experiencia
de Beristain en este caso y en otros, el camino y las claves para llegar a la
verdad del paradero de los normalistas está en la voluntad política.
“A nosotros no se nos
permitió tomar declaración de miembros del 27 Batallón, se señaló que eso era
como una afrenta nacional y eso impidió que pudiéramos tener más elementos de
investigación”.
Dijo que es muy importante
abrir los archivos y tener acceso a toda la documentación existente y también
es importante la voluntad de la Fiscalía General de empujar la investigación
con los datos, con las pruebas y recursos que se tenga a la mano, eso ayuda a
quebrar esos pactos de silencio.
“Nosotros siempre tuvimos
la impresión de que había gente que sabía muchas cosas y no las contaba porque
había presiones, porque se suponía que iba a ser más peligroso, se ocultaban
las cosas; hubo funcionarios que nos mintieron directamente y tenemos las
pruebas de que nos mentían. Así es muy difícil hacer una investigación.
“A nosotros se nos llamó
para ayudar al Estado mexicano en esa búsqueda y lo que nos encontramos es que
había obstáculos dentro muy importantes y creo que eliminarlos es un camino
para llegar a la verdad”.
Dijo que el camino de
eliminar obstáculos se está dando y ahora “hay que ver que nuevos elementos se
van encontrando y ahí van a salir informaciones relevantes, y no solamente para
mostrar la inconsistencia de la llamada verdad histórica, eso ya está bastante
demostrado, sino para avanzar en términos de quiénes son los responsables y
cuál es el destino de los jóvenes, que es lo más importante para los familiares
y para el país”.