• La Mona Lisa empezó a trabajar de nuevo este lunes. El Museo del Louvre de París, que alberga el retrato más famoso del mundo, reabrió tras cuatro meses de cuarentena por el coronavirus. Adentro del museo, las mascarillas son obligatorias y el número de visitantes limitado, con reservaciones obligatorias.
París. Después de tres meses y medio de confinamiento, el
Louvre de París, el museo más visitado del mundo, reabrió sus puertas este
lunes, pero con el desplome del turismo debido a la pandemia, la afluencia fue
reducida y sobre todo local.
Un puñado de visitantes aguardaba con
mascarilla la apertura poco antes de las nueve de la mañana, junto a un cartel
que avisaba que ya no quedaban entradas para la jornada.
Por motivos sanitarios, el museo sólo
prevé acoger a unas 7 mil personas diarias, frente a las 30 mil que
recibía antes de la epidemia de Covid-19, indicó su presidente Jean-Luc
Martínez, a los pies de la pirámide de vidrio y metal que sirve de entrada al
Louvre.
¡Lo echaba mucho de menos, hacía cinco meses
que no venía!, afirmó Elodie Berta, guía especializada en street art. París
no puede vivir sin la cultura, agregó esta parisina, visiblemente
emocionada.
Ver al fin La Mona Lisa
“Esta es nuestra quinta o sexta visita al
Louvre. Pero nunca habíamos podido ver La Mona Lisa (La Gioconda); ¡esta vez esperamos que
sí!”, exclamó Helene Ngarnim, habitante de la capital que vino acompañada por
sus dos hijos adolescentes.
El 75 por ciento del público habitual del
Louvre son extranjeros, especialmente estadunidenses, chinos, surcoreanos,
japoneses y brasileños. En cambio, en estas primeras semanas, el Louvre cuenta
con recibir principalmente a franceses y ciudadanos de los países europeos
vecinos, como Juse, estudiante italiana que se encuentra de vacaciones en la
capital gala con su familia.
Creíamos que el Louvre estaría cerrado.
Cuando vimos que reabría hoy, reservamos en seguida, comentó esta joven en su
segunda visita al museo.
El Louvre no había cerrado durante un periodo
tan prolongado desde la Segunda Guerra Mundial.
Tras haber registrado más de 45 millones de
dólares de pérdidas debido al confinamiento, la dirección prevé tres años
difíciles, habida cuenta de que el número de billetes vendidos en 2020 estará
muy lejos del récord de más de 10 millones alcanzado en 2018 y de los 9.6
millones registrados el año pasado.
El dispositivo para acoger a los visitantes
fue estudiado con detalle para evitar cualquier incidente sanitario que pudiera
obligarlo a cerrar de nuevo. Martínez precisó además que el Louvre podría
suprimir algunas franjas horarias si surgiera algún problema. No obstante, la
dirección se muestra confiada debido, sobre todo, a que se trata de espacios muy
amplios.
Todos los visitantes mayores de 11 años
deberán llevar mascarilla desde el momento en que se coloquen en las filas para
entrar.
La Gioconda, La victoria de Samotracia, La
libertad guiando al pueblo, La balsa de la Medusa, La Venus de Milo... la mayoría de maravillas del Louvre
podrán ser admiradas, mientras 30 por ciento de las colecciones no serán
accesibles en un primer momento, como La escultura francesa durante la Edad Media y el Renacimiento y
las artes de África, Asia, Oceanía y las Américas.
Pero seguirá habiendo mucho por ver: más de
30 mil obras en una superficie de 45 mil metros cuadrados. Y sin la masiva
afluencia habitual, el público disfrutará de una visita más tranquila.
Unas flechas azules indican el recorrido a
seguir y no se autoriza la vuelta atrás. Habrá señales en el suelo para evitar
las aglomeraciones en lugares estratégicos como frente a La Mona Lisa.
La única exposición temporal abierta es Figura de
artista, inaugurada antes del confinamiento y ahora
prolongada. Presenta una selección de pinturas, especialmente retratos, de los
que el Louvre se enorgullece, como de Rembrandt, Dürer, Delacroix y
Vigée-Lebrun.
La temporada que debía consagrarse a los
genios del Renacimiento, tras el éxito de taquilla Leonardo da
Vinci, fue aplazada. Habrá que esperar a octubre para sus dos
grandes exposiciones, El cuerpo y el alma: de Donatello a Miguel Ángel y
la consagrada a Albrecht Altdorfer, maestro del Renacimiento alemán.