• La cinta muestra parte de la identidad y costumbres de la entidad
Ciudad de México
La cantautora Lila Downs concibe a Oaxaca, tierra
natal de su madre, como un lugar complejo, espiritual y hermoso para mi
alma; tiene cosas positivas y negativas, que nos hacen crecer como cultura y
sociedad, y en lo personal, como mujer y ser humano.
La cantautora rinde homanje a esta entidad
multicultural –a manera de misión– en el documental El son del Chile
Frito, que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Morelia y que se
encuentra de manera gratuita en YouTube. No puedo entender la vida sin la
música, porque por ella sé de dónde vengo, descubrí quién soy, entendí un
poquito al amor y sé hacia dónde voy, dijo Downs a La Jornada.
En la cinta, de una hora de duración, la cantautora
se convierte en testigo y narradora de una historia: un viaje a la
memoria cultural y espiritual de las comunidades oaxaqueñas, lo
cual se detona con cada nota y cada canción; es pues el son de la vida,
narra en la cinta Ana Lila Downs Sánchez, de madre mixteca y padre estadunidense.
Esta película, explicó Downs en entrevista es
un reconocimiento a la raíces culturales y a la diversidad del estado de
Oaxaca; una invitación a celebrar la vida, la emoción de la gastronomía y la
pasión por la música mediante usos y costumbres de su gente.
A través de la música, el camino de Lila Downs se
dirige hacia la búsqueda del arte; creo que es un balance. He encontrado
que al ser completamente antropóloga me angustio más en la vida, porque tengo
que tomar las cosas en serio y hablar de historia, de racismo, de las grandes
diferencias que tenemos en nuestra cultura y en nuestra Latinoamérica.
Sin embargo, como artista, afirmó, he hallado
paz, la cual quisiera expresar al público, así como la posibilidad de crear
canciones que nos ayuden a encontrar un balance.
Dirigido por Gonzalo Ferrari, producido por Maité
García y Miguel Tafich, el documental deleita con imágenes que muestran las
delicias del mole, la riqueza del agave, la valentía de los Muxes, la
transmisión de conocimiento entre generaciones, la celebración de la vida, el
dolor de perder a un ser amado...
Para El son del Chile Frito, se pensó,
contó, en mostrar la fuerza de Oaxaca, porque incorpora elementos fuertes
de identidad, se mantiene muy viva la cultura originaria y ancestral; se respetan
ciertas costumbres que heredamos desde tiempos prehispánicos. Quiero mostrar
que esto sigue vivo.
Sobre el documental, Downs explicó que se inspira
en las bandas del Chile Frito, raíz afromestiza de México de las zonas de la
Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, así como de las agrupaciones de la entidad
que incorporan elementos sonideros. También se enfocó en la gastronomía,
fundamental en las letras que compongo y, como testigo de mi cultura mixteca,
incorporamos escenas en el pueblo de mi madre donde se devela el festejo
del Tequio.
Lo diversos personajes que aparecen, como Abigail
Mendoza, Victoria Dehesa, María Eugenia Ruiz, Óscar Carrisoza y Demián Flores,
fueron elegidos por su aportación artística y pensamiento. Así, tienen un
lugar bandas, la curandera, el mezcal, los festejos y la gastronomía, comentó
la cantante multigalardonada con el Grammy Latino, quien muestra por primera
vez el lado más personal de su vida.
Haber filmado El son del Chile Frito en
Oaxaca “es una experiencia educativa y emotiva por volver a los lugares –como
dice la canción– donde uno más amó la vida”.