• Los hermanos Corona Aguilar, una violinista y el otro pianista, han ganado certámenes internacionales
CIUDAD DE MÉXICO.- En el
corazón de Xalapa han surgido dos nuevos talentos de la música de concierto que
empiezan a capturar la atención de la escena internacional.
Se trata del pianista
Alejandro Corona Aguilar, quien hace unos días ganó el primer premio del
concurso internacional Grand Prize Virtuoso 2020 y la invitación a tocar en la
Wiener Saal del Mozarteum, en Austria, para el próximo 30 de agosto, y de la
violinista Aisha Corona Aguilar, de 17 años, quien obtuvo el Excellence Award
en el Singapore Violin Festival, así como el segundo lugar del Enkor
International Competition Violin.
Son dos jóvenes de 15 y 17
años, respectivamente, nacidos en el seno de una familia de músicos que, pese a
la pandemia por covid-19, han alcanzado importantes reconocimientos que los han
posicionado como dos jóvenes promesas de la música sinfónica en México, un
dueto de prodigios que ayer charló en entrevista con Excélsior.
Antes de eso, la pianista y
académica Nicte-Ha Aguilar, madre de ambos intérpretes, explicó que estos
premios son el resultado de más de una década de trabajo intenso y
disciplinado, con la inspiración de un padre que es compositor y pianista y una
madre dedicada a la enseñanza de la música y egresada de la carrera de piano.
Para ella, estos premios
son la posibilidad de futuras oportunidades. “Obviamente, un concurso te abre
puertas en un lugar donde eres inexistente, porque aún hoy mucha gente les
pregunta qué es lo que van a estudiar, más allá de los instrumentos que tocan.
Creo que, desgraciadamente (en México) aún seguimos con esta mentalidad de que
se necesita hacer algo más que la música”, detalló Nicte-Ha Aguilar.
Ambos nacieron en este
ambiente, teniendo el instrumento (piano) en casa y escuchando música de
concierto”, comentó.
Recordó que Aisha empezó a
leer a los dos años y pidió clases de música a los tres, mientras que Alejandro
inició a los siete años, “nosotros nunca les dijimos que eligieran un
instrumento, consideramos que en algún momento lo pedirían, y así fue”,
explicó.
¿Cuál es la perspectiva
hacia el futuro? “En este momento, el núcleo familiar somos ellos dos y yo.
Desde muy chica, Aisha afirmaba que ella era violinista, mientras que
Alejandro, hace dos años me dijo que quería dedicarse sólo al piano. Ellos
quieren ir al extranjero, a Europa o a Estados Unidos, para ser concertistas.
Aisha ya tuvo experiencia como solista y lo ha disfrutado, aunque también le
gusta la música de cámara”.
Mientras que Alejandro,
aunque ha tenido menos experiencia como solista, también se inclina sobre esa
idea. Es un trabajo en proceso, pero también les gusta tocar juntos. Aisha me
ha dicho que, aunque puede tocar con otras personas, ellos no sienten como lo
hace su hermano”.
¿La clave estaría en el
extranjero? “Sí, ellos quisieran tener otros maestros que les den más
herramientas y convivir en un ambiente donde haya más música de concierto, en
una ciudad con más oportunidades”.