Altos índices de obesidad en el estado cobran la factura a sudcalifornianos durante la pandemia, pues está condición de vida agrava la situación de quien se contagia del virus
La Paz, Baja California Sur.- Baja California Sur (BCS) se encuentra entre las entidades de la República Mexicana que registraron el mayor número de muertes por COVID-19 asociadas con la obesidad.
Mientras que el 25% por ciento de las personas que fallecieron por la enfermedad epidémica en el país lo hicieron presentando obesidad y a veces, una segunda comorbilidad en Baja California Sur el porcentaje supera la tercera parte de los más de 158 defunciones confirmadas por las autoridades sanitarias hasta este domingo 26 de julio.
Las principales patologías que contribuyeron al desenlace fatal de la enfermedad, se han presentado con la siguiente frecuencia.
De acuerdo a datos obtenidos por Diario El Independiente del Centro de información Geográfica de la UNAM sobre COVID-19 en México, donde cada mapa muestra el porcentaje de las defunciones confirmadas que registraron alguna comorbilidad el porcentaje podría superar el 34%.
Según la propia secretaría de salud en el estado, la principal comorbilidad asociada al fallecimiento de los pacientes con COVID-19 es la hipertensión, el 54% de los pacientes que no superaron la lucha contra el coronavirus tenía algún padecimiento cardiaco.
Le sigue la diabetes, el 43% de los fallecidos en el estado han sido asociados a diabetes.
La obesidad, en el tercer lugar aparece con 18.5% en la estadística que ofrece el gobierno del estado.
Baja California Sur es identificado a nivel nacional como uno de los estados más obesos del país.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición la prevalencia de obesidad abdominal entre los sudcalifornianos supera el 80% de la población.
La obesidad es un factor de riesgo para una enfermedad más grave por coronavirus.
Existen diversos mecanismos biológicos mediante los cuales la COVID-19 puede afectar más a personas con obesidad.
Uno de estos mecanismos es la inflamación crónica, originada por el exceso de tejido adiposo en personas con obesidad.
COVID-19 puede exacerbar aún más la inflamación, exponiéndolos a niveles más altos de moléculas inflamatorias circulantes en comparación con los sujetos delgados.
Esta inflamación puede producir una disfunción metabólica que puede conducir, entre otras patologías, a dislipidemia, resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular, que también se han considerado factores de riesgo de COVID-19.