• AMID: no se concretan ventas en el mercado local, pese a la emergencia. Por la pandemia, la producción creció a 2 mil 500 aparatos al mes
Ciudad de México. Antes de la pandemia de Covid-19 la
producción anual de ventiladores mecánicos en México era de 700 piezas. En los
primeros meses de 2020, creció a 2 mil 500 por mes y con el fin de atender la
demanda, casi en su totalidad del extranjero, los fabricantes ampliaron las
líneas de producción y liberaron patentes, con lo cual empresas de otros giros
se han dedicado a este ramo, afirmó Fernando Oliveros, presidente de la
Asociación Mexicana de la Industria de Dispositivos Médicos (AMID).
Explicó que desde hace varios años el sector
ha planteado la necesidad de cerrar la brecha que existe en la cadena de
producción y comercialización, con el propósito de que el país aumente el
consumo de esta tecnología, pues son equipos de diagnóstico, de protección
personal y otros que contribuyen a mejorar la calidad de los servicios de salud
e incluso aumentan la expectativa de vida.
Este es un tema pendiente, lo mismo que
incrementar la capacidad nacional de fabricación de equipos como los
ventiladores mecánicos, indispensables en el tratamiento de pacientes críticos
de Covid-19.
Aunque se ha informado de diversos proyectos
para el desarrollo de prototipos, hasta ahora ninguno ha concluido su
desarrollo.
Las solicitudes de autorización siguen sin
llegar a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris) y mucho menos se ha iniciado la evaluación de los diseños,
informaron funcionarios consultados por La Jornada.
Lo anterior, a pesar de declaraciones de
políticos y otras instancias sobre los supuestos avances de los prototipos del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del Instituto Nacional de
Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Aún no hay nada, afirmaron los entrevistados
al recordar que para autorizar la comercialización, los equipos deben demostrar
eficacia, seguridad y calidad, así como cumplir los lineamientos emitidos por
la Cofepris, que incluyen pruebas, primero en animales y después en seres
humanos.
La Jornada ha solicitado con insistencia información al
Conacyt sobre el desarrollo del prototipo, cuyos trabajos coordina, pero no ha
habido respuesta.
Por separado, el presidente de AMID comentó
que los países donde llegó primero la pandemia compraron ventiladores y el
resto de bienes necesarios a las empresas instaladas en diferentes lugares,
incluido México, que es el principal fabricante de dispositivos médicos en
América Latina y octavo a escala global.
En conferencia, donde la AMID presentó una
serie de recomendaciones para mejorar el sistema de salud mexicano, entre ellas
que exista mejor comunicación y colaboración entre el sector público y privado,
Oliveros afirmó que en aras de favorecer la salud de las personas, las empresas
aceptaron ceder los derechos de propiedad industrial con la finalidad de
ampliar la capacidad de producción.
Así fue como se ha podido responder a la
demanda de ventiladores, la cual se cuadruplicó en estos meses de pandemia.
Destacó que hasta principios de año no
existían las pruebas de diagnóstico molecular del nuevo coronavirus, pero los
fabricantes de dispositivos médicos que también participan en esta área se
apresuraron con la investigación y el desarrollo de la tecnología y ahora hay
una amplia gama de alternativas comerciales.
El ejecutivo planteó la necesidad de resolver
el problema de la fragmentación del sistema nacional de salud, con miras a
mejorar la capacidad de respuesta ante eventuales emergencias sanitarias en el
futuro.