• En la sala Vlady íntimo se abordará la vida personal del pintor nacido en Petrogrado y mostrará algunos de sus autorretratos
Ciudad de México
Este lunes se celebra el centenario natal de
Vladimir Kibálchich Rusakov, mejor conocido como Vlady, pintor, grabador y
muralista de origen ruso, radicado en México desde 1941.
Para conmemorar la fecha, se
prepara la exposición Cien años de Vlady: revolución y
disidencia, cuya inauguración está prevista para el 2 de diciembre –si la
pandemia lo permite– en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, informa Claudio
Albertani, responsable del Centro Vlady, que depende de la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México (UACM).
La exposición contempla
alrededor de 320 obras, de las cuales más de 250 proceden del Centro Vlady. La
muestra se dividirá en cuatro bloques que ocuparán siete salas de la planta
baja del Antiguo Colegio de San Ildefonso. El primer módulo, Revolución y
disidencia, el eje de la muestra, explora el modo en que la historia impacta en
la vida y la producción artística del pintor.
La brújula de su pintura
Vlady nació en Petrogrado, hoy San
Petersburgo, en el apogeo de la guerra civil. Sus primeros recuerdos estaban
asociados con la persecución de Trotsky y de su padre, Víctor Serge, el auge
del estalinismo y la tragedia de la revolución que se devoraba a sí misma. En
su adolescencia, la Unión Soviética era un inmenso campo de concentración y
conoció la deportación en una pequeña ciudad cerca de los Urales.
Fueron experiencias que marcaron su obra. Una
de las más significativas es el Tríptico trotskiano, integrado por tres lienzos
de gran formato, Magiografía bolchevique (1967), Viena
19 (1973) y El instante (1981). El conjunto se puede entender
como una brújula que orienta las ideas vladianas sobre la revolución, la
política, el futuro de la humanidad, la ética y la estética.
En esta sección también se muestran algunos
cuadernos que revelan cómo Vlady fue creando una iconografía propia alrededor
de dicho tema. Luego, hay obras que muestran su apego a las ideas de revuelta y
disidencia: las revoluciones latinoamericanas de los siglos XIX y XX, y el
movimiento neozapatista en el que el artista participó en calidad de invitado del
EZLN a los diálogos de San Andrés Larráinzar.
Los apartados restantes son Vlady íntimo, que
recorre su vida personal, ya que provenía de una estirpe de luchadores sociales
y revolucionarios –dibujó a los compañeros de su padre–, y también se muestran
sus autorretratos; Pasiones artísticas –las salas del Museo Hermitage fueron su
primer espacio de aprendizaje– y Poder y violencia.
Por su parte, Tv UNAM también conmemoró la
fecha con la proyección, ayer y hoy, de Alejandra o la inocencia de Vlady (2017), documental
producido por la UACM, con el apoyo de la Filmoteca de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y el Centro Vlady. El filme se estrenó en el 45
Festival Internacional Cervantino.
Aunque el documental, realizado por los
investigadores de la UACM, la comunicóloga Fabiana Medina, y el historiador
Albertani, repasa la trayectoria, sobre todo las influencias e ideas que
llevaron al pintor rusomexicano a crear en México, centra su exploración en una
pieza en particular: La inocencia terrorista, realizada en 1982 como
parte de un enorme conjunto muralístico en la Biblioteca Miguel Lerdo de
Tejada, perteneciente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
A partir de la impactante figura de una mujer
desnuda, hincada mientras sostiene un arma entre las manos, bañada por la luz
que ilumina algunas regiones de su cuerpo, la célebre obra pictórica detona una
reflexión sobre un episodio poco conocido de la historia mexicana
reciente: el del levantamiento y la brutal represión de la Liga Comunista
23 de septiembre, organización insurgente que declaró la guerra al Estado
Mexicano en los años 70 del siglo pasado.
El personaje tiene nombre: Teresa Hernández
Antonio, conocida en la clandestinidad como Alejandra. Cuando
Vlady conoció a la joven combatiente de 23 años quedó impactado y cuando, unos
meses más tarde, en junio de ese mismo año, la chica cayó ejecutada por las
fuerzas del Estado en el estacionamiento de la Facultad de Filosofía y Letras
de la UNAM, el pintor decidió dedicarle un homenaje.
Para transmitir la emoción que dio origen
a La
inocencia terrorista, el documental propone una mirada
paralela a dos relatos que confluyen: el de un artista proveniente de varias
revoluciones y el de una juventud que en su búsqueda de transformar el mundo
fue martirizada.