Los comerciantes aseguran que tienen que pagar hasta 50 mil pesos para reabrir sus negocios con las nuevas medidas sanitarias
La Paz, Baja California Sur.- Volver abrir un restaurante es un verdadero calvario, de acuerdo con los empresarios del ramo, entre cubrir los lineamientos de la nueva normalidad y la disuasión del comensal por parte de las autoridades la parte más difícil de la reapertura está por comenzar.
“Para el que cerró, fue un empezar de cero ya que tuvo que renovar stock de alimentos, más las condicionantes de todas las dependencias que se colgaron obligaciones de exigencias Coepris, Imss, Secretaría del Trabajo, Secretaría del Turismo, el Municipio, etcétera” comenzó el dueño de un restaurante de comida internacional que anunció su reapertura en redes sociales.
“Desde cubrebocas, pasando por caretas, gorros, googles, tapetes desinfectantes, sanitizantes diarios, fumigaciones, gel, termómetros, protector acrílico, análisis de laboratorios del agua, señalamientos, desinfección etc. yo pienso que hemos gastado un promedio de 50,000 unos más otros menos”, calculó el restaurantero, mismo que prefirió el anonimato por represalias, que logró sobrevivir el cierre de actividades de los meses pasados ofreciendo alimentos para llevar.
“Sinceramente me siento acosado delas exigencias a los negocios establecidos, mientras para los ambulantes no hay nada” dijo el desanimando restaurantero quien dijo que invirtió todo su capital en abrir un restaurante con una amplia cava de vinos, y una experiencia de alta cocina a precios accesibles hace apenas un año.
Mientras el restaurantero tiene que vivir el acoso constante de las autoridades sanitarias, laborales y otras inspecciones, comparó su negocio con espacios mucho más concurridos como una tiendita de autoservicio.
“A un Oxxo, ni siquiera tapetes sanitizantes al acceso, menos gel, mientras al restaurante es atacado con toda la Ley, y sin apoyo de gobierno, solo algunos les autorizaron los famosos 25,000 mil pesos que sirvieron para pagar cuando mucho el Imss e infonavit y la nómina del periodo que ya pasó.
“A todo esto súmale los salarios de empleados trabajando o no la obligación siguió y nuestras autoridades nunca declararon emergencia porque en ese momento se obligaban a hacerse cargo de esos salarios”.
Al considerar que todo esto es cada vez más difícil de sostener, el restaurantero aceptó que no ve otra salida: “Regresaremos a la informalidad”, advirtió.
Y es que, además, está el tema de la clientela, que aún no se decide a salir de casa o bien, su situación económica no es tampoco la mejor por el momento y por último escucha mensajes como el del propio Gobernador del Estado que pese a promover la “fase naranja del semáforo”, luego aparece en video advirtiendo que “es muy probable que regresemos a rojo”.
“Nada más por ese anuncio, me cancelaron reservas” aseguró el restaurantero que pidió mantener su identidad a reserva por miedo a la insidiosa vigilancia de la Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios y sus inspectores.
De acuerdo con Lorena Hinojosa Oliva, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Preparados, mientras los gastos son difíciles de costear para entrar a la nueva normalidad, los restaurantes por otro lado ven disminuidas sus ganancias en un 80%, ganando solo la quinta parte de lo que ganaban por un platillo antes de la contingencia.