• Más mentiras y falacias de AMLO ante desesperación por llegar con buenos números para elecciones del 2021 • Clima adverso en BCS para representantes del gobierno federal ante aumento del desencanto y desilusión social • Pandemia descontrolada, aumento de inseguridad, desempleo, aumentan rechazo social a la propuesta presidencial
Conforme transcurre el tiempo,
la actual administración federal lejos de cumplir las expectativas generadas
durante la campaña electoral de 2018, se observa muy distante de aquellos
ofrecimientos, mientras que al mismo tiempo, la mentira y la desfachatez del
Presidente Andrés Manuel López Obrador, son cada día más evidentes.
Desde las condiciones
generales de la economía de nuestro país, que todos los días se ve más
deteriorada, sin que hasta ahora se aprecie que en el mediano plazo vaya a
tocar fondo, hasta las promesas incumplidas de resolver el grave problema de la
inseguridad.
Las cifras que diariamente se
rompen por la cantidad de homicidios dolosos, que para colmo de males, ahora
incluye el asesinato en su domicilio particular de un juez federal y su esposa
en Colima, son parte del cada vez más notorio abismo entre la realidad social
de nuestro país y las “maravillas” que expresa el mandatario nacional en su
plataforma mediática en que ha convertido las conferencia de prensa mañaneras.
Un verdadero monumento a la
mentira sistemática es lo que parece labrarse en esas expresiones del jefe del
ejecutivo federal que con una frialdad patológica le miente a los mexicanos sin
recato alguno.
Que la pandemia ya se domó,
que la economía está muy bien, que se generan miles de empleos gracias a sus
decisiones, que no hay corrupción, que la seguridad está controlada y que
incluso si todos fuéramos pobres no correríamos el riesgo de ser secuestrados.
Todo esto en un clima marcado
por los intentos de desaparecer todos los organismos autónomos, incluso el INE
para establecer una especie de presidencia monárquica y llevar a nuestro país
al retroceso, quién sabe hasta dónde y que incluye por supuesto que muchos
empresarios, sobre todo medianos, pequeños y micros se hayan ido a la
bancarrota en las últimas semanas, precisamente por falta de apoyo del gobierno
federal durante esta pandemia pésimamente manejada y que no termina por
alcanzar su pico máximo de contagio poblacional.
Obviamente López Obrador ya
muestra señales de desesperación ante la proximidad del proceso electoral que
culminará con las elecciones del seis de junio del 2021 y en donde además de 15
gubernaturas y miles de diputados locales y alcaldías, se tendrá la oportunidad
de renovar la Cámara de Diputados, instancia de poder que es precisamente la
que le preocupa el jefe del ejecutivo, porque será la que califique la salida
del actual sexenio.
Una administración sumamente
accidentada en donde queda claro que en efecto sí se pueden mandar al diablo
las instituciones como en su momento lo expresó el ahora mandatario cuando fue
candidato a esa posición en el 2012.
Lo más complicado para los
álgidos defensores a ultranza de un Presidente que cada día registra más
expresiones públicas de rechazo a su mandato, es que en cada una de las
entidades, no tendrán el mismo clima político-electoral que registraron en la
elección del 2018. Prácticamente destrozaron la esperanza de mucha gente.
Ahora sus defensores, que en
Baja California Sur son representados formalmente por el delegado de Bienestar
Víctor Castro Cosío, endeble aspirante a ser candidato de Morena a la
gubernatura, no tendrán argumento ni cara para salir a la calle a decir que son
la mejor opción.
Así que la decepción y el
desencanto crecen conforme pasan los días de una administración federal llena
de falsas promesas, evidentes mentiras y por sobre todas las cosas, que se
burla de la necesidad de muchos ciudadanos que ahora se encuentran en peores condiciones
que hace dos años.
La falacia, la intolerancia y
por una clara antidemocracia cruel es lo que se observa en una administración
que tendrá que defender a los dirigentes de Morena a nivel nacional que se
revuelcan en el lodo de la corrupción supuestamente erradicada e incluso del
posible lavado de dinero tal como denunció ante la FGR el presidente de este
organismo Alfonso Ramírez Cuellar a la su propia secretaria general morenista
Yeidkcol Polevsnky.
Quizás valga la pena decirles
ya desde ahora a los ciudadanos, que en caso de que se les otorguen los tan
anunciados apoyos (con fines electorales) y que se financiarán con dinero de
todos los mexicanos a costa de generar condiciones tan adversas, que sí los
tomen, que los reciban, pero que a final de cuentas voten por la propuesta que
sea, menos por quienes tienen ahora, a menos de dos años de iniciada la
administración federal, sumido a México en la peor crisis de su historia.
¿No le parece así amable
lector?