• Evidenciada desatención e indolencia Víctor Castro hacia la población que espera vote por Morena • La pandemia puso a prueba al sistema de salud y en evidencia el carente espíritu de solidaridad social del delegado federal de Bienestar • El representante de AMLO tendrá que mejorar su histórico grupo de colaboradores cuenta-chistes para superar la lucha interna y poder salir a la calle a buscar votos
Definitivamente la labor
realizada hasta ahora por el representante del gobierno federal en la entidad,
Víctor Castro Cosío ha dejado mucho que desear y su intento por ser el
abanderado de Morena a la gubernatura tendrá primero que superar la competencia
interna además de mejorar el pésimo trabajo realizado ahora durante la pandemia
que aún mantiene confinados a gran parte de la sociedad sudcaliforniana.
Está claro que durante las
últimas semanas, la población en general ha requerido del apoyo extraordinario
de las autoridades de los tres niveles de gobierno pero es justamente en el
representante de Presidente Andrés Manuel López Obrador, donde menor apoyo se
ha registrado.
De hecho, uno de los temas que
trae de cabeza al delegado de Bienestar como representante del gobierno
federal, es el que se refiere de los altísimos cobros de la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) que ha puesto al descubierto la insensibilidad e indolencia
de un Castro Cosío, que cada día queda más al descubierto como realmente es, un
político lleno de soberbia que solo va por lo suyo.
Por supuesto que muchos de los
actuales colaboradores de Castro Cosío ya se dieron cuenta de esta
característica de falta de colaboración y solidaridad no solo con ciudadanos en
general, sino incluso con integrantes de su propio equipo que ya saben que es
poco lo que pueden obtener de este morenista que no ha podido con el paquete.
Se ha especulado incluso sobre
su verdadera condición física, algunos han señalado que tanta presión ha hecho
mella ya en su salud por lo que por ello ha reducido al máximo su actividad
ante la población, pero otros especulan que lo cierto es que Castro Cosío poco
se quiere exponer ante una ciudadanía necesitada de tanto apoyo.
El gobierno estatal y
municipales, así como representantes populares del Congreso del Estado y del
diputado federal Rigoberto Mares, han ofrecido apoyo a los habitantes, pero a
nivel del patético superdelegado, esto no ha sucedido.
De igual manera el resto de
los legisladores federales emanados y hermanados a Morena, tampoco han ofrecido
algún apoyo tangible a los ciudadanos, esos mismos sudcalifornianos que
pretenden visitar en breve para pedirles el voto para el próximo proceso
electoral.
Dentro de trece meses se
llevará a cabo la elección intermedia federal en donde los ciudadanos tendremos
la oportunidad de elegir alcaldes, diputados locales y federales y por supuesto
gobernador.
Es ahí donde seguramente
Víctor Castro y sus compañeros de partido intentaran regresar a las calles para
pedirle a la comunidad otra vez el voto.
Un sufragio que en las
elecciones pasadas mayoritariamente fue para López Obrador y que en esta
ocasión parece que no se contará con la figura presidencial en las boletas
electorales, aunque Morena no ha dejado de insistir en que el mandatario
nacional vaya en el mismo paquete electoral del 2021, en un intento por
levantar los sufragios de su partido que todos los días cae en la preferencia
ciudadana.
La actual pandemia obviamente
puso a prueba no solo al sistema de salud nacional y estatal, sino también la
manera de hacer política y el espíritu de solidaridad social del que están
hechos los supuestos defensores de los intereses de la comunidad.
En ese sentido el más afectado
y evidenciado es Castro Cosío, precisamente porque dentro de pocos meses
seguramente saldrá a visitar domicilios para decir que es la mejor opción
morenista para llegar a la gubernatura.
Obviamente esto de ser la
mejor opción, ahora más que nunca está muy lejos de la verdad.
Por ello seguramente el clima
social que encuentren los morenistas en general, no será tan amigable como lo
experimentaron en las elecciones del 2018.
Vamos a ver hasta dónde llega
el cinismo de un Castro Cosío que se ha convertido para propios y extraños, en
una verdadera decepción.
Seguramente, si lo logra
alcanzar el traje de candidato morenista, este le quedará más grande que el
cargo que ahora ostenta, tal como lo señalan (aún discretamente) incluso
destacados miembros de su partido.
Víctor Castro tendrá que
mejorar su histórico grupo de colaboradores cuenta-chistes que ya dio lo que
podía dar, para superar la lucha interna que ahora enfrenta y después, solo
después, poder salir a la calle a buscar un voto que la población seguramente
lo utilizarán como moneda de cobro a todo el desdén y desprecio con el que
ahora son tratados por el funcionario federal.
En conclusión, Castro Cosío ha
propiciado que muchos de los anteriormente entusiastas apoyadores de la 4T hoy
se encuentren decepcionados y desencantados de un proyecto político que a 18
meses de gobierno, tiene al país mucho más rezagado que al cierre de la pasada
administración federal.
Así que no le extrañe que en
breve el cinismo de Castro Cosío se vuelva a manifestar al salir a las colonias
populares a pedir desvergonzadamente el apoyo político-electoral de la
comunidad.
Ya veremos si así sucede.