• El escritor participó en la videocharla Autores en Cuarentena donde habló de su proceso creativo
CIUDAD DE MÉXICO.
El nacimiento de una historia es la parte más
misteriosa del ejercicio narrativo, dijo el escritor Leonardo Padura (La
Habana, 1955) durante la videocharla Autores en Cuarentena que organiza el
Festival Centroamérica Cuenta, donde habló de su experiencia frente al covid-19
y adelantó detalles de su próxima novela, Como polvo en el viento,
que verá la luz en septiembre próximo.
Dicha novela relatará la historia de un grupo de
amigos que han sido muy unidos, quienes en los años 90 se dispersan por lugares
como Nueva York, Miami, Madrid, Barcelona, Toulouse, San Juan de Puerto Rico y
Buenos Aires.
Es una historia de la diáspora de mi generación,
una generación que se asume como polvo en el viento, porque se ha movido a
distintas partes (del mundo), y por eso la narración se desarrolla no sólo en
La Habana”, explicó durante la charla que sostuvo con Arturo Wallace. Aseguró
que éste será un libro que se moverá por muchos ambientes, pero siempre con
personajes cubanos de su generación, quienes viven el drama del éxodo y el
exilio.
Padura también habló de su situación provocada por
el encierro a causa del covid-19. “A menudo los escritores estamos
clamando por tener privacidad, tiempo y tranquilidad para escribir; es un
trabajo que se hace en soledad, pero cuando llega una situación como ésta, uno
dice, ‘¡Coño!, se le fue la mano al deseo, se pasó. No era lo que quería’.
Extraño mucho mi vida vespertina y nocturna, como
ir a casa de amigos, tomar unos vinos y conversar; extraño los viajes de
promoción, que se convierten en viajes de encuentro con muchas personas.
Entonces, lo que he hecho es aprovechar al máximo la obligatoriedad de estar en
casa y hacer el trabajo que puedo desde acá”, dijo.
Así que en estos dos meses he trabajado muchísimo,
porque he hecho la versión final de una nueva novela que, si todo marcha bien,
saldrá en septiembre, publicada por Tusquets Editores, igual que hace ya casi
25 años que estoy en su catálogo”.
La novela se llamará Como polvo en el viento, tendrá
más de 500 páginas y durante los últimos dos meses Padura se ha dedicado a su
revisión final, la cual define como una etapa “engorrosa y agotadora”.
Mientras vas trabajando el libro haces espacio en
lo que te concentras, cuando ya está todo el libro, tienes que pensarlo en
conjunto y llegas al pulido final, donde tienes que ser un orfebre, trabajar
eslabón por eslabón, palabra por palabra, y eso es lo que he estado haciendo”.
Además, comentó que en este momento trabaja en una
nueva serie para televisión, de la cual no pudo detallar porque aún se
encuentra en proceso de concretarse.
PROSA Y MISTERIO
El también autor de El hombre que amaba a los
perros y Herejes habló sobre su proceso
creativo: “Hay un momento en el que una serie de preocupaciones, percepciones e
historias que flotan en algún punto del subconsciente o de tu memoria empiezan
a condensarse y dices, ‘¡Coño!, esta es la historia de una posible novela’.
Entonces, sigues pensando y eso puede crecer o no.
A veces es una frase, una secuencia que ves en una película, una historia que
oyes y, bueno, ¿por qué unas sí y otras no? No lo sé. Lo que sí sé es que yo
pertenezco a un sistema artístico que tiene que ver con la mirada de una
realidad, la interpretación de esa realidad o la reflexión de un momento
histórico que son mi realidad y mi momento histórico”, expresó.
Padura recordó que hace un tiempo le invitaron a
escribir un guion para cine que tenía que ocurrir en el futuro, una especie de
historia
pospandémica, “y aunque era muy atractivo y lo estuve pensando, le dije al
productor que no era lo mío, porque no es mi territorio. Yo escribo de la
experiencia vivida y, aunque puedo fabular un retrato de cinco páginas de algo
totalmente ficticio, el sistema dramático tiene que ver con mi percepción de la
realidad. Y, por eso, el momento en que esa percepción de la realidad se
convierte en la posible idea para una posible novela es algo misterioso”.
Por último, Padura también habló de la situación
que ha vivido Cuba bajo el escenario del covid-19. “Estamos en un momento
crítico en el mundo. Esta pandemia ha sorprendido a la humanidad de una manera
que no estábamos preparados, a pesar de que teníamos anuncios que cosas así
podían pasar”.
Sin embargo, aseguró que en el plano
médico-sanitario la situación ha sido muy bien llevada, pues Cuba tiene un
sistema de salud público y gratuito muy bien asentado, con personal médico y
equipo científico bien preparado.
Lo que en ocasiones falla son los suministros
médicos que a veces son difíciles de conseguir, debido al embargo o por la
falta de liquidez del Estado cubano para adquirir determinados insumos y
materiales”, explicó.
Comentó que el gobierno actual de la isla ha
manejado la pandemia con criterios científicos y médicos, por lo que, en este
momento, Cuba ronda los dos mil infectados y menos de 100 muertos y, en los
últimos diez días, sólo han fallecido dos o tres personas.
Persisten, eso sí, los problemas económicos que se
han ido acumulando desde los años 90, como la existencia de una doble moneda,
aunado a la caída del turismo y de las exportaciones por el covid-19.
Por ejemplo, “hay productos exportables cubanos,
como el azúcar y el diésel, que tiene bajo precio, mientras que el tabaco y el
ron se compran mucho menos. Imaginen que el principal consumidor del tabaco y
de ron cubano es Europa, que está en cuarentena y en crisis económica también,
así que la demanda de esos productos que, al final son suntuarios, se ha
reducido en estos momentos”, concluyó.